14.10.16

Correa reconoce que sobornó, entre otros, a Bárcenas, Sanchís, Alberto López Viejo, Sepúlveda y Ortega, que cobraba comisiones del 3% que se repartía con el PP... pero salva a Aznar y a Rajoy, que, milagrosamente, no se enteraban. Es lo que ha negociado con el fiscal

 "Francisco Correa asegura que cobraba comisiones del 3% que se repartía con el PP.

Francisco Correa ha confesado, en la Audiencia Nacional, que cobró sobornos de empresarios a cambio de intermediar en la concesión de contratos públicos a partir de la llegada del PP al Gobierno en 1996 con José María Aznar. El supuesto cerebro de la red Gürtel ha afirmado que se repartió los beneficios de estas gestiones ilícitas —un 2% o 3% de cada contrato— con el tesorero del PP, Luis Bárcenas, quien, según él, le dijo que destinaría los fondos al partido.

Correa ha reconocido, además, que regaló dos coches al exalcalde de Pozuelo de Alarcón Jesús Sepúlveda, exesposo de la antigua ministra de Sanidad Ana Mato.

El líder de la trama ha reconocido como ciertos los hechos que relata la fiscalía en su escrito de acusación. Aunque ha advertido de que trataría de “esclarecer algunos hechos” que, según él, no responden a la realidad.

De salida, Correa ha admitido que todos los cargos políticos que se sientan con él en el banquillo, excepto el exedil de Estepona Ricardo Galeote, recibieron de su mano las dádivas y sobres con dinero, tal como recoge la fiscalía en su escrito. En esta nómina figuran, entre otros, el extesorero del PP Luis Bárcenas, el exdiputado Jesús Merino, el exconsejero regional madrileño Alberto López-Viejo y los exalcaldes de Pozuelo de Alarcón y Majadahonda (Madrid), Jesús Sepúlveda y Guillermo Ortega.

 Correa también ha reconocido que entregó dinero a estos dos últimos regidores para financiar las campañas electorales de las municipales de 2003. El PP está personado en la causa como partícipe a título lucrativo, por supuestamente beneficiarse de más de 245.000 de la trama para esa campaña sin saber de la ilicitud del origen de esos fondos.

También ha admitido Correa haber pagado un millón de euros al exconsejero madrileño López Viejo por la adjudicación a la empresa Sufi de la contrata de basuras del distrito madrileño de Moratalaz.
Pese a su espectacularidad, la esperada confesión en el juicio de Francisco Correa, siete años y medio después de su detención en febrero de 2009, tuvo bastante de voladura controlada.

Desde los primeros compases del interrogatorio, el considerado jefe de la trama corrupta ha exculpado a los empleados de su grupo de empresas y ha situado indirectamente la frontera de la responsabilidad política en los secretarios generales del PP.

Correa, sin citarlo, ha dejado claro que José María Aznar, el presidente del Gobierno y del partido en los años de mayor actividad de su grupo, “no estaba al tanto de los presupuestos” que giraba por la organización de actos y eventos.

También ha sido claro al fijar el límite final de su paso por Génova 13: el año 2004, coincidiendo con la llegada de Mariano Rajoy a la presidencia del partido. Según su versión, fue la “falta de química” con Rajoy de su número dos, Pablo Crespo, antiguo secretario de Organización del PP gallego, la que propició el cese de la relación con el partido a nivel nacional. A partir de entonces, y hasta 2009, el llamado “grupo Correa” de empresas centró su actividad en el PP valenciano.

Durante los años del mandato de Aznar, la sede nacional del partido fue su “casa”, ha dicho Correa. Esa relación, según ha explicado, vino de la mano de Luis Bárcenas, entonces gerente del partido, quien tras más de un año sin darle trabajo, reclamó los servicios de su agencia de viajes para solucionar de urgencia el problema de falta de habitaciones de hotel en un congreso de la Democracia Cristiana.

Servicios económicos

Tras el éxito de esta gestión, ha contado Correa, Bárcenas comenzó a darle más y más trabajos. El encargo crucial fue el primer mitin que organizó la trama, y que, afirmó, sorprendió al entonces secretario general del PP, Francisco Álvarez-Cascos, por lo económico del servicio. Correa ha explicado que la frase que le fue grabada en la que se jactaba de “haber llevado más de mil millones al PP” tenía que ver con que había “ahorrado” ese dinero al partido con sus servicios.

A partir de entonces, trabajando “25 horas diarias” en el partido, Correa se convirtió en un poder fáctico de Génova 13. Por un lado, junto con el secretario electoral Jesús Sepúlveda, se hacía con el monopolio de los actos populares. Correa engrasó esta relación empresarial con el entonces esposo de Ana Mato con numerosos regalos, entre ellos dos coches y celebraciones familiares.

Por otro lado, según su relato, Bárcenas le ofreció trabajar juntos: él pondría sus contactos empresariales y el gerente popular su agenda política para hacer negocios. Correa recibía mordidas, de hasta el 3%, de empresarios que obtenían adjudicaciones de contratos públicos que gestionaba Bárcenas “en los ministerios correspondientes”, lo que supone elevar la responsabilidad al Gobierno de Aznar.

Posteriormente, Correa le llevaba el dinero a Bárcenas, que, según aquel, le dijo que lo destinaría al partido. El extesorero del PP, en un receso del juicio, negó haber recibido cantidad alguna por parte del empresario.

Correa, de 61 años, busca con su confesión obtener una rebaja en la petición de 125 años y un mes de cárcel que reclama para él la fiscalía. También trata de retrasar en lo posible un hipotético ingreso en prisión si resulta condenado por el juicio de los contratos de sus empresas con la Comunidad Valenciana para la feria de turismo Fitur, que quedó visto para sentencia el pasado 14 de abril."                 (El País, 13/10/16)


"Francisco Correa, líder de la trama Gürtel, ha reconocido a preguntas de la Fiscalía que entregó "dádivas" a los extesoreros del PP Luis Bárcenas y Ángel Sanchis, así como al exconsejero de la Comunidad de Madrid Alberto López Viejo y los exalcaldes populares Jesús Sepúlveda, exmarido de Ana Mato, y Guillermo Ortega.

Correa se ha sentado a las once de la mañana ante el tribunal y ha reconocido los hechos que figuran en el escrito de la Fiscalía aunque ha querido hacer matizaciones.

La primera pregunta de la fiscal ha ido directa a la yugular. Si algunos de los políticos que figuran en el escrito de acusación "no recibieron dádivas", al tiempo que ha citado a la lista de políticos del PP procesados en la trama.



"Una persona no recibió dádiva: Ricardo Galeote", ha dicho en referencia al exconcejal del PP de Estepona (Málaga). Y Correa ha comenzado así a tirar de la manta, con la intención también de “esclarecer y aclarar muchas cosas”.

Ha explicado que las “dádivas” en el mundo jurídico se refiere a los pagos de comisiones “en el sector privado para mí son habituales”.

“La primera vez que escucho la palabra cohecho es cuando me detienen en el año 2009”, ha apostillado. “Yo no soy abogado”, ha explicado al tiempo que indicaba “¿cómo no voy a hacer regalo a un señor que me está dando un negocio importante?

 El presunto cabecilla de la trama Gürtel ha reconocido que fue Luis Bárcenas quien les introdujo en el Partido Popular y que competían con multinacionales para conseguir las campañas electorales. Pasaban la "reválida" ante la cúpula del PP en cada campaña.

"Yo me pasaba el día en Génova. Yo estaba más tiempo en Génova que en mi propio despacho. Era tanta actividad. Era mi casa, vamos".

En 1996 Bárcenas y él se aliaron. El extesorero del PP le explicó: “Tú tienes contactos con empresarios y yo con políticos, vamos a intentar hacer gestiones para cuando salgan los concursos públicos de la Administración, intentar favorecer o adjudicar a algunos de estos empresarios que luego van a colaborar con el partido”.


El dinero que recibía de las empresas "privadas" -ha insistido- lo metía en su caja B. Él pagaba a los políticos en metálico: "Quedaba con ellos y les daba un sobre", ha admitido a preguntas de la Fiscal.

En la caja B estaban "las aportaciones de estos empresarios privados que yo entregaba a Luis Bárcenas y yo me quedaba una parte", ha agregado en otro momento.

En cambio, Correa ha calificado de “atenciones” los regalos que realizó a Jesús Sepúlveda, entonces marido de Ana Mato, como un coche, viajes y “cosas que no nos costaba prácticamente nada, como mandar un payaso o unos globos [a cumpleaños]. No era un coste, era un regalo”.

"Existen muchos Franciscos Correa en España"


Al inicio de su declaración, ha destacado que su grupo de empresas “no se creó para delinquir jamás con el partido ni con ningún otro partido”. En el año 1993, ha explicado, iniciaron una actividad con el PP. “Previamente con el PSOE, empezamos a trabajar con Julio Feo, que era director de Comunicación con Felipe González”.

Con Julio Feo tuvo "pequeños escarceos" pero le presentaron a Bárcenas, "un hombre muy duro, muy complicado y muy serio" que al principio no les dio opción pero que empezó a contratarlos con motivo de un congreso.

“Los negocios que haya hecho con el PP” y con dirigentes públicos “lo voy a reconocer en esta sala”, ha incidido el líder de Gürtel. Y Correa ha aclarado que es “muy importante que lo sepa España entera”, así como “todos los periódicos y todas las televisiones han dicho una cantidad de cosas que no son verdad”.

Ha querido deslindar sus actividades personales de las de su grupo de empresas. Francisco Correa ha defendido que realizó tareas de lobby, “que es una práctica habitual del país, del sistema”.

“No existe un Francisco Correa. Existen muchos Franciscos Correa en España”
, ha destacado al tiempo que decía que está sentado en el banquillo porque le pillaron “copiando en el examen”.
"No tiene nada que ver mi actividad como Paco Correa de hacer una gestión de lobby" con su Grupo de empresas, que hacían una trabajo “muy serio” y en cada congreso “competíamos con las más grandes multinacionales y presentábamos todos nuestros proyectos” a la cúpula del Partido Popular.

En el terreno personal “cometí esas irregularidades utilizando los buenos contactos que yo tenía en la Casa”, ha destacado sobre su relación con el PP para agregar que no tendrían que estar sentados en el banquillo los empleados de sus empresas. Sus empleados “recibían mis instrucciones”.

“Las empresas fueran cerradas el día 6 de febrero como si fuéramos un laboratorio de cocanía”. El no tiene nada contra Baltasar Garzón, el primer instructor, “me podía haber llamado… le he cogido con el carrito del helado, tenía usted dinero en Suiza”, ha añadido. 

 “Posiblemente hicimos cosas irregulares con la financiación del partido” en Valencia, ha admitido mientras argumentaba que quería dejar claro que su actividad como Francisco Correa en cuanto a sus relaciones con el Partido Popular “en este asunto de financiación o yo no sé el objetivo final de ese dinero entregado por los empresarios. Uno, eran licitaciones públicas…” y el otro son “nuestras empresas, que se han visto afectadas, cerradas, no se cuantas personas en la calle, deterioradas…”.

Al inicio de su declaración, ha destacado varias veces que conoció a Bárcenas por un amigo y no por su ideología política, muy al contrario, ya que, "por cuestiones familiares", su afinidad política "es más hacia el otro bando que hacia este bando", en referencia al PP.

Ha asegurado que su padre fue un refugiado político que huyó de España en 1939, que él nació en el extranjero, a lo que ha agregado que no se extendería más al respecto: "Aquí estamos hablando de un tema de mi actividad empresarial".

Dejaron de trabajar con Génova, esto es, con el Partido Popular nacional, cuando Mariano Rajoy accedió al poder porque tenía mala relación con su director general, Pablo Crespo, ex secretario general del PP gallego. Además, tuvo mala relación con Luis Bárcenas."                (Público, 13/10/16)

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