"Los policías locales de Palma que actuaban al margen de la ley, en núcleos organizados y con un estilo propio de mafiosos,
fueron “obsequiados” por quienes deberían haber puesto fin a su
actuación: los cargos policiales y políticos del Ayuntamiento.
Lo
denuncia en su auto del pasado jueves la juez Carmen González, que
investiga el escándalo con la Fiscalía Anticorrupción, la Policía
Nacional y la Guardia Civil. Once policías —agentes y jefes de grupos—
han sido detenidos e imputados en la última operación abierta.
Además,
el comisario jefe, Joan Mut, y el concejal de Seguridad, Guillermo
Navarro, declararon como encausados y quedan retratados en el escrito
judicial.
La juez destaca que esos políticos y superiores policiales amparaban a
estos individuos, les facilitaban accesos a plazas fijas y ascensos
(proporcionándoles preguntas y respuestas de un examen) y cambiaban de
destino a agentes que los criticaban.
La actuación corrupta de esas bandas de policías, unos pocos agentes
entre los 900 en plantilla, queda resumida de forma cruda en el auto
judicial: utilizaban a carteristas, cobraban favores, tenían negocios paralelos,
controlaban el juego, accedían a fiestas con sexo, alcohol y droga
gratis. La venta de protección se alternó con chivatazos de inspecciones
y coacciones a otros policías que osaban denunciarlos.
También organizaron tratos con empresarios y coacciones a
comerciantes. Dirigían a una zona u otra a carteristas y grupos de
botellón para beneficiar o perjudicar negocios. La juez resalta que
algunos locales de ocio y prostitución de la primera línea de la bahía
de Palma, regentados por personas con mucho poder económico y social,
“gozarían de una situación de privilegio” y una “especialísima atención
de seguridad”.
Los policías daban un “notorio” trato de favor a las
empresas beneficiarias —que contrataban a empresas amigas de los
agentes—, lograban la explotación de máquinas tragaperras y
expendedoras, bebían, comían y recibían gratis “servicios sexuales” y
drogas en fiestas." (
Andreu Manresa
, El País, Madrid
16 ENE 2015)
"La mancha de la supuesta mafia policial de Palma se extiende.
Ocho jefes y agentes destacados de la policía local están detenidos en
la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) bajo la sospecha de
haber actuado de manera ilegal. Joan Mut, el comisario jefe, y Guillermo
Navarro, el concejal de Seguridad Ciudadana por el PP y responsable
político del cuerpo, han declarado este martes durante más de tres
horas, en calidad de imputados, ante la juez que lleva el caso.
Ambos
permanecían en sus cargos a última hora de la tarde, pese a su
implicación en los supuestos delitos de prevaricación y coacción. La
investigación se desarrolla bajo secreto judicial.
Un policía —que, como testigo, colaboraba en la instrucción— fue
expedientado y marginado por la cúpula investigada. El ordenador del
concejal Navarro fue incautado hace meses, en los registros efectuados
en las dependencias policiales y los despachos de mandos.
Cuando se
destaparon las tramas previas de este escándalo, en 2013, dimitieron el
anterior jefe de la policía de Palma, Toni Vera, y el director de
Seguridad, Enrique Calvo. En paralelo, por diferentes causas bajo
instrucción judicial —entre ellas, supuestas prácticas ilegales— también
cayeron imputados los máximos responsables de los cuerpos policiales municipales de Calvià y Marratxí, localidades vecinas de Palma.
La Fiscalía Anticorrupción indaga, desde hace un año y medio, la
existencia de aparentes redes internas en las unidades de policías
municipales, sospechosas de dedicarse al tráfico de favores, protección
con información sobre inspecciones a empresarios de centros turísticos.
Además, en registros informáticos y declaraciones de testigos, se
constataron aparentes manipulaciones de documentos para favorecer a agentes
supuestamente protegidos por el PP en oposiciones a oficial, en Palma.
En otra causa paralela, un agente de Palma quedó imputado por sus
relaciones con la banda internacional Los Ángeles del Infierno, en la rama desarticulada en Palma. (...)" (Andreu Manresa
, El País, Palma de Mallorca
13 ENE 2015)
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