El 31 de diciembre del año pasado, manuscrita, Luis Bárcenas le escribió una
carta a Javier Gómez de Liaño. Quizás la fecha de la carta tenga su
importancia a la hora de considerar los sentimientos del extesorero del
PP al escribirla: nochevieja, y en la cárcel.
La carta tenía dos páginas. La primera se encabeza pidiendo a su abogado
que “se entregue” en el Juzgado de Instrucción número 3 de la Audiencia
Nacional, junto a una serie de “documentos que te llevarán a tu
despacho por indicación mía” y que vienen a ‘documentar’ el conocimiento
de Álvaro Lapuerta en el uso de la caja B del partido para sacar “la
cantidad de 139.700 euros para la compra de acciones en la ampliación de
capital de Libertad Digital”.
También, como se puede ver, se hace referencia a la visita
que había recibido meses antes del abogado Javier Iglesias, “por
indicación del Partido Popular”, en el que, escribe Bárcenas, “me
planteó por petición de su cliente Álvaro Lapuerta, que mantuviese la
dignidad con respecto a determinadas informaciones que estaban
apareciendo en prensa (El Mundo) en aquel momento y que le afectaban a
él personalmente”.
En la segunda página, lo más destacable es la postdata, en
la que Bárcenas, en tres apartados, adelanta a Gómez de Liaño la
documentación que va a recibir sobre el asunto Libertad Digital, que,
básicamente, lo que viene a demostrar, y quizás es lo que más importaba
al extesorero, es la existencia de esa ‘caja B’ en Génova, 13.
Por si esto fuera poco, el juez recibió mayores aclaraciones
cuando el 10 de abril Bárcenas declaró ante Ruz y le hizo la siguiente
declaración, en la que como se ve, se describe con detalle cómo Ángel
Acebes y Álvaro Lapuerta hablaron de esa compra-ayuda a la empresa de
Losantos “y le planteó la posibilidad de que utilizando los fondos de la
caja B del partido, con ese dinero, que se suscribiesen participaciones
en Libertad Digital”.
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