Lograban pasar la aduana sin mayor problema y a partir de ahí la organización distribuía su material o, sobre todo en el caso del tabaco, lo exportaba a otros países europeos. Los beneficios eran ingentes.
Hasta que la Guardia Civil comenzó a observar en 2007 las semejanzas entre los contenedores que transportaban las mercancías de contrabando. A partir de ahí, y gracias a las intervenciones telefónicas, cuatro años después se ha logrado desmantelar al principal grupo criminal vinculado a la comunidad china en España, con más de 20 años de actividad ilícita detrás.
La Operación Long ha desembocado en la detención de 34 personas de nacionalidad china en Madrid, Valencia, Cádiz, Sevilla, Huelva, Barcelona y A Coruña por parte de la Guardia Civil y en la incautación de bienes valorados en más de 11 millones de euros.
La organización, con dos personas en lo alto de la cúpula, una en China y otra en España, había perfeccionado el sistema de blanqueo hasta hacerlo funcionar como un reloj. La primera parte se llevaba a cabo en España.
Los ingresos procedentes del contrabando se sacaban del país gracias a transferencias masivas de ciudadanos chinos residentes en España a los que se les pedía que enviaran sumas de dinero a cuentas en China que por sí solas no levantaran sospechas. Nunca eran superiores a los 20.000 euros. A veces los hacían viajar llevando el dinero encima escondido en sus ropas o maletas.
Los que participaban eran ciudadanos chinos que la organización empleaba en la red de empresas que había montado en España. La Guardia Civil ha detectado hasta el momento 22 sociedades vinculadas al grupo, pero los investigadores creen que puede haber muchas más.
Los traían a España, en ocasiones les quitaban el pasaporte y les daban empleo con bajos sueldos en restaurantes, tiendas o talleres. A cambio, los trabajadores tenían la obligación de hacer las transferencias y sumarse al engranaje del blanqueo. Se convertían en parte del ejército del lavado de dinero procedente del contrabando.
La Guardia Civil ha detectado a unos 40 trabajadores concretos implicados, pero podrían ser miles los que han contribuido durante los últimos años. Una vez en China, el dinero se blanqueaba dentro de otra red de empresas creadas para ese fin, incluyendo una sociedad con más de 1.000 lavanderías.
La entrada de productos ilegales a través de los puertos españoles era masiva. En ocho meses la Guardia Civil ha detectado más de veinte contenedores. Las ganancias para la organización eran de aproximadamente 1.200.000 euros por contenedor.
Los beneficios calculados superan los 40 millones anuales. El tabaco solía enviarse a países como Reino Unido, a contrabandistas que después distribuían las cajas a comerciantes o bares." (El País, 22/06/2011)
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