4.9.14

Durante sus 23 años de gobierno en la Generalitat, Pujol cobró el 3% de comisión en todos los servicios y contratos practicados por el gobierno autonómico... para tapar agujeros

"Hay muchas formas de robar. No sólo se roba cuando se quita dinero de otras manos, sino también cuando se cobra un precio abusivo, o cuando se paga un sueldo de miseria a unos por trabajos que nadie quisiera hacer, mientras a otros se les paga sueldos escandalosos por no hacer nada"                    (José López)

Y efectivamente, de todas esas maneras, y de algunas más, ha robado el famoso clan catalán Pujol-Ferrusola, al que podemos equiparar con la mafia calabresa, la camorra napolitana, los cárteles colombianos o los gángsters de chicago.

 Porque pienso que para tener siete hijos, y que todos sean unos sinvergüenzas, no tienen más remedio que serlo sus padres también. Pues eso: estamos hablando quizá de uno de los mayores corruptos de la Historia, que con mayor descaro ha expoliado, ha saqueado las arcas públicas catalanas, para enriquecerse personalmente. 

 Todas las argucias, todos los engaños, toda la caradura y todas las manipulaciones, han sido seguramente llevadas a cabo por los miembros de este clan, para llegar a la situación que han llegado. Sin ir más lejos, se conoce el procedimiento mediante el cual Josep Pujol Ferrusola, segundo hijo varón de la pareja, pudo cursar un Máster de Administración de Empresas en la Universidad de Nueva York, mediante una beca de La Caixa, mecanismo otorgado para cursar estudios de postgrado en el extranjero destinados a estudiantes con pocos recursos económicos.

El caso Banca Catalana, a principios de los años 80, ya puso en candelero las tretas económicas y el saqueo de una serie de entidades financieras llevadas a cabo por Jordi Pujol, pero se movieron las influencias suficientes como para que el caso se archivara. Lejos de reconocer su culpa, Pujol se envolvió en la bandera de su país, asociando la investigación del caso a un "ataque contra Cataluña". 

Y desde entonces, mediante la formación política que él mismo fundó, se parapetan en la idea del supuesto "robo" que practica el resto del Estado Español hacia una Cataluña "trabajadora y productiva", sin mencionar que el mayor robo es el practicado por ellos mismos, y que esa Cataluña a la que se refieren está en verdad integrada por trabajadores de otras muchas Comunidades del Estado Español. 

Durante sus 23 años de gobierno en la Generalitat, mediante el famoso mecanismo del 3% de comisión en todos los servicios y contratos practicados por el gobierno autonómico, ya denunciado por Pascual Maragall en el Parlament, se fueron enriqueciendo ilícitamente, fueron robando al pueblo catalán, poco a poco, pero de forma constante, mediante un incesante goteo de tráfico de influencias y de comisiones ilegales.

Todo ello, además, llevado públicamente con un descaro, una prepotencia y una chulería indescriptibles, como cuando se atrevió a soltar en una entrevista: "¿La UDEF? ¿Qué coño es esto de la UDEF?", o con un cinismo mayúsculo, mientras aseguraba textualmente: "Yo tengo confianza en mis hijos", entre otras tantas sandeces, atrevimientos y provocaciones. 

Porque sus hijos, como hemos dicho, no tenían arreglo. A raíz sobre todo de las denuncias de la ex novia de Jordi Pujol Ferrusola, hemos conocido el escandaloso tren de vida que llevaba el personaje, con evasiones fiscales a varios países, con maletines llenos de billetes de 500 euros, y luciendo coches de lujo adquiridos a precios irrisorios, entre otras muchas tropelías. 

Por su parte, el vástago que representaba la continuación política del jefe del clan, Oriol Pujol, tuvo que renunciar a todos sus cargos, después de que se destapara su complicidad en varios casos de corrupción, como el de las ITV. Y aunque estos dos nombres son los más conocidos y los que más eco mediático han sufrido, ningún otro miembro de la familia se salva de haber llevado a cabo conductas ilícitas, tráfico de influencias, contratos de favor con las Administraciones públicas catalanas (como la propia madre, Marta Ferrusola) u operaciones especulativas de todo tipo.

Y por fin, la cosa pretende ser soslayada mediante un ridículo comunicado publicado al comienzo del verano, donde el ex molt honorable confiesa una historia sobre una herencia familiar (que ni su propia hermana conocía), llegando de esta forma al patetismo más absoluto para intentar justificar lo injustificable.

 Lo mejor de todo es que, mientras en el susodicho comunicado, Pujol manifiesta una actitud colaborativa con la justicia, parece ser que poco tiempo le ha durado dicha actitud, porque en menos de 15 días ha pasado a un contraataque judicial en varios frentes, denunciando las comisiones rogatorias del juez y a la propia banca andorrana, por vulneración del secreto bancario.

 Todo un despropósito, propio de un bodevil corrupto y asqueroso, de un culebrón vomitivo, donde no se salva nadie de la familia. Como decimos, se trata de la corrupción en estado puro, en estado natural de efervescencia, como manifestación endémica de un sistema agotado, corrupto en sí mismo, y liderado por los mismos personajes que ahora pretenden arreglarlo. Una corrupción ejecutada con un sorprendente grado de impunidad, al saberse valedores de una serie de privilegios que supuestamente les facultan para ello. Simplemente despreciable.

El señor Pujol y toda su ralea han demostrado ser los mayores timadores del reino, además de forma tan rastrera para quedar encima como héroes, que "hacían país" por la mañana, llenándose la boca con Cataluña y con su ética llevada a la política (incluso a través de una fundación propia), mientras que por la tarde se dedicaban a meter la mano y el pie en la caja del dinero público.(...)"           (Rafael Silva, Rebelión, 03/09/2014)

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