“No, relación de negocios no tenemos”,
declaró Rato, expresidente de Bankia, de acuerdo con las actas de la vista a
puerta cerrada en la Audiencia Nacional de Madrid que se distribuyeron a las
partes implicadas. “Amistad, sí”.
Tres semanas después, Ignacio Ayala,
abogado de Rato, corrigió la rememoración de su cliente.
Rato, Castellanos y los demás poseen
conjuntamente un solar comercial cerca de Madrid arrendado a un tercero, de
acuerdo con la declaración judicial de Ayala del 10 de enero. Mantenían
conjuntamente el control de una empresa mientras Rato, de 64 años de edad,
dirigía Bankia, declaró Ayala.
Al mismo tiempo, Lazard facturó a Bankia 9,2
millones de euros (12 millones de dólares) por el trabajo asignado o ejecutado
durante los 27 meses de permanencia de Rato al frente del banco, según dejan
ver los documentos judiciales.
Su relación ejemplifica de qué manera una
red de dirigentes del Partido Popular ayudó a sus socios de la élite financiera
a sacar provecho mientras los bancos de ahorros, conocidas como “cajas”,
acumulaban pérdidas. Esa combinación tóxica floreció durante el “boom”, avivada
por la entrada de España en el euro en 1999, y sirvió para ahondar el crac
que tuvo como consecuencia el rescate de 41.000 millones de euros de acreedores
españoles, según Jacob Funk Kirkegaard, miembro veterano del Peterson Institute
for International Economics in Washington.
‘Trama
política de fraude’
“Entre las cosas que se precisan hacer para
que funcione España está el tirar de la manta del núcleo de intereses de todos
y cada uno” de los que están en el poder, afirmaba el 22 de mayo en una
entrevista telefónica Ken Dubin, especialista en ciencias políticas que enseña
en la escuela de empresariales del IE de Madrid y la Universidad Carlos III.
“Se trata de una trama política de fraude gestionada en beneficio de políticos
que le sorben el tuétano a la ciudadanía”.
El exdirector gerente de Lazard y antiguo
jefe del Fondo Monetario Internacional, se enfrenta a una posible pena de
prisión por alegaciones de contabilidad falsa, maquinación para alterar el
precio de las cosas, fraude y malversación en relación con el hundimiento de
Bankia, de acuerdo con instancias judiciales. Rato y sus colegas del consejo de
administración fueron imputados judicialmente el año pasado en una
investigación que examinó sus paquetes de compensación y sus declaraciones
sobre los balances de Bankia antes de su derrumbe. (...)
Además de los nombramientos de asesores de
Lazard, la Bankia de Rato también contrató tres pólizas de seguros por medio
del Willis Group Holdings Plc (WSH), en el que Castellanos es presidente de la
sección española, según afirmó en un correo electrónico su portavoz, Sarah
Robson. Añadió que esa operación se realizó en limpia competencia, aunque
no quiso declarar cuánto se le pagó a Willis por ese trabajo. Willis no tenía
ningún historial de contratos con Caja Madrid antes de la llegada de Rato,
afirmó Robson.
“Castellanos era confidente de Rato”,
afirma Andrés Herzog, abogado de Unión, Progreso y Democracia, el partido
político español cuya denuncia desencadenó el procesamiento de Rato y los demás
miembros del consejo de administración. “Trabajaban directamente juntos y luego
trataban de disimularlo lo mejor que podían”.
Herzog, que ha asistido a las vistas a
puerta cerrada, afirmó que el testimonio de Castellanos demostraba que él y
Rato tomaron medidas para evitar las leyes sobre conflictos de interés.
Castellanos declaró al tribunal que retrasó la firma de los contratos para
evitar las normas que pudieran ralentizar los acuerdos.
Evitar
retrasos
“No se puede retrasar lo que un cliente
precisa de uno mientras “interviene el departamento legal para averiguar si hay
alguna clase de conflicto de interés”, declaró Castellanos de acuerdo con el
registro de su testimonio.
A medida que se tambaleaban los precios
inmobiliarios y minaban el balance de Bankia, los amigos establecieron la
empresa inmobiliaria Paracuga S.L. con Pedro Pasquín, presidente de Lazard en
España y Joaquín Güell, director gerente del banco de inversión, de acuerdo con
los archivos de la empresa.
La finalidad de la compañía consistía en la
adquisición de inmuebles, de acuerdo con los archivos. Al mismo tiempo, Bankia
trataba de deshacerse de viviendas adjudicadas, impulsando los precios a la
baja. Paracuga nunca realizó inversión alguna, según afirmó Ayala, abogado de
Rato, en su declaración judicial. Se disolvió el mismo día en que Ayala
notificó al tribunal su existencia.
Asesoría
sobre OPV
Lazard también aconsejó a Rato sobre la
oferta pública de venta (OPV) que recaudó 3.100 millones de euros en julio de
2011 para mantener a Bankia a flote. Los inversores minoristas compraron el 60
% del capital, el máximo permitido por el regulador del mercado de valores,
mientras los inversores internacionales evitaban el trato de 3,75 euros por
acción. Las acciones se valoraron por parte del Banco de España a un céntimo de
euro cuando se recapitalizó Bankia en marzo.
Antes de la OPV, Rato telefoneó al
regulador para presionarle con el fin de que aceptara candidatos al consejo
como directores independientes y el regulador se negó a causa de sus vínculos
con la gestión, de acuerdo con una persona a la que se le informó de las
conversaciones. Como consecuencia de ello quedaron dos personas fuera de la
junta de Bankia, dijo esa persona, que declinó dar su nombre o identificar a
los candidatos rechazados, puesto que la información es confidencial.
La querella de Herzog se centra en que Rato
engañó a los inversores en la OPV al tergiversar el estado del balance de
Bankia, de acuerdo con el expediente judicial del 11 de junio que puso en
marcha la investigación judicial.
Necesidades
del banco
Con cifras insólitas de desempleo y una
economía que se contrae por cuarto año consecutivo en los últimos cinco,
España, cuarta economía del euro, puede que necesite más fondos para
recapitalizar sus bancos, afirmaba Charles Wyplosz, director del International
Center for Money and Banking Studies de Ginebra, en un correo del 16 de mayo. (...)
El fracaso de Bankia, que tiene su sede en
una emblemática torre inclinada conocida como Puerta de Europa en el extremo
norte de Madrid, es el mayor registrado en España. Rato dimitió el 7 de mayo de
2012, después de que los auditores se negasen a refrendar los resultados de
2011 que publicó mostrando unos ingresos netos de 309 millones de euros. Su
sucesor, José Ignacio Goirigolzarri, informó de unas pérdidas de 3.000 millones
durante ese periodo.
Préstamos
de dudoso cobro
El banco reservó el año pasado 26.800
millones para cubrir préstamos de dudoso cobro del paquete de rescate que abrió
el camino al rescate del sector financiero español por parte de la Unión
Europea.
“Esto supuso una ruptura en la credibilidad
del sistema”, afirmó Ismael Crespo, experto en ciencias políticas del instituto
de investigación de la Fundación Ortega-Marañón en Madrid. “La gente descubrió
que en los últimos años hemos estado viviendo en una ficción gigantesca”.
Bankia era producto de la fusión de junio
de 2010 orquestada por los dirigentes del PP regional que crearon el mayor
grupo bancario nacional con activos por valor de más de 320.000 millones de
euros, casi un tercio del PIB español. La finalidad consistía en apuntalar a
los bancos después de que el derrumbe del mercado inmobiliario les dejara con
180.000 de euros de activos tóxicos.
Lazard ganó 2,84 millones de euros con la
OPV de Bankia, según demuestra el expediente judicial. El acreedor estimaba los
honorarios totales en cerca de 39,5 millones de euros, de acuerdo con el
folleto informativo, basándose en un precio de oferta que ascendía a un 26% más
que el precio de la venta final. La tarifa vigente para un acuerdo de ese
género habría sido de cerca de 60 millones de euros, de acuerdo con los datos
recopilados por Bloomberg que muestran que los bancos de Europa, Oriente Medio
y África consiguieron honorarios cifrados en una media de un 2 % del valor de
una OPV en 2011.
Oportunidades
de negocios
Podían conseguirse más operaciones de
negocios de la caja recién fusionada.
Lazard facturó 2.360 millones por asesorar
a Caja Madrid sobre la fusión y 1,77 millones de euros por asesorar a Bankia
sobre la política de dividendos, tal como demuestran las facturas que forman
parte del expediente judicial. Firmó también un acuerdo el 11 de abril de 2012,
– menos de un mes antes de la dimisión de Rato – por un máximo de 9 millones de
euros después de impuestos para encontrar candidatos para Bankia.
Lazard no sacó nada de este encargo, puesto
que Bankia no concluyó ningún acuerdo. El acreedor no pagó nunca ningún
dividendo.
Orígenes
familiares
Rodrigo Rato nació en el seno de la élite
española, hijo segundo de Ramón, un hombre de negocios que adquirió una cartera
de bancos y empresas radiofónicas durante la dictadura de Franco que terminó en
1975. Ramón, activista del fascismo antes de la Guerra Civil, publicó en 1935,
cuando tenía 27 o 28 años, el primero de dos libros en los que llamaba a España
a aliarse con Adolf Hitler, según cuenta Ramón Tijeras en su historia de la
familia, Los Rato (Plaza & Janés), publicada en 2003.
Después de la Guerra, cortejó a la Familia
Real en el exilio. Sus relaciones le ayudaron a recuperarse de una condena por
evasión de capitales y el desplome de dos de sus bancos. El día en que murió
Franco en noviembre de 1975, Ramón Rato acogió en su casa a almorzar a Manuel
Fraga antes de viajar a encontrarse con Don Juan, el heredero al trono español
exiliado, y padre del monarca reinante, afirma Tijeras.
En 1977, Fraga fundó Alianza Popular,
antecesora del actual PP, con apoyo financiero de Ramón Rato, afirmó Tijeras.
Cinco años después, su hijo Rodrigo, entonces de 33 años, fue elegido diputado
al Parlamento en las segundas elecciones tras el retorno del país a la
democracia.
Trayectoria
Rato llegó a convertirse en vicepresidente
del gobierno y ministro de Economía con José María Aznar de 1996 a 2004. Estuvo
a cargo de la economía en el momento de la entrada de España en el euro y
dirigió luego durante tres años el FMI en Washington hasta 2007.
Tras abandonar la administración pública,
Rato desempeñó cargos en los consejos consultivos del Banco Santander S.A., la
mayor entidad de préstamos del país, y el “holding” industrial de La Caixa,
además de su puesto en Lazard.
Las raíces del sistema español de cajas,
que contabilizaban casi la mitad de los préstamos antes de la crisis
financiera, se remontan al siglo XVIII.
Las cajas eran básicamente instituciones
locales gestionadas por miembros del clero o burócratas. Después de Franco, se
hicieron con ellas los políticos con el argumento de que debían rendir
democráticamente cuentas, en palabras de Jose Ramón Pin, profesor de
administración pública en de la escuela de negocios del IESE en Madrid.
Para los cargos políticos, “la presidencia
de una caja se consideraba un retiro dorado”, afirmaba Pin en una entrevista
telefónica el 9 de abril. “Fue un absoluto desastre”.
Caja
Madrid
Cuando Rato llegó a Caja Madrid en 2010,
algunas ya estaban al borde del derrumbe. El Banco de España identificó
préstamos por valor de 100.000 millones de euros en los balances de las cajas
de ahorro en febrero de 2011. Es el equivalente de cerca del 10 % del total
económico del país.
Rato heredó una institución ya dominada por
los socios del PP y que luchaba por cumplir los requisitos impuestos por el
Banco de España. Su predecesor como presidente, Miguel Blesa, era amigo
personal de Aznar, declaró Pin.
Blesa pasó este mes una noche en prisión
antes de depositar una fianza de 2.5 millones de euros. El año pasado fue
imputado por un juez que investigaba acusaciones de fraude centradas en un
préstamo de 24 millones que hizo Caja Madrid en 2008 al antiguo presidente de
la patronal española, la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, que también estaba en
la junta de acreedores. Blesa y Díaz Ferrán negaron las alegaciones en una
vista celebrada en diciembre, según informó Europa Press.
Los abogados de Blesa y Díaz Ferrán no
respondieron a las peticiones de comentarios por vía telefónica y correo
electrónico.
Imputados
Un juez español declara a alguien imputado
cuando considera que existen suficientes pruebas de un delito como para merecer
una investigación completa. Una vez que se completa la investigación, el juez
decide si encausa formalmente al sospechoso. En ese momento, el proceso pasa a
juicio. Si Rato es encausado, le juzgará un tribunal compuesto por tres jueces,
declaró un portavoz judicial.
La relación de Rato con Castellanos en el
corazón de las élites españolas se remonta dos décadas atrás a la época de Rato
en la oposición, declaró Castellanos al tribunal. Estando Rato en el gobierno,
Castellanos controlaba Expansión, el diario económico de mayor venta del
país, como presidente de Recoletos Grupo de Comunicación, S.A., junto a su
puesto en Lazard, lo que le ponía regularmente en contacto con Rato.
Los amigos establecieron la firma
inmobiliaria Paracuga con sus colegas Pasquín y Güell justo antes de que Rato
dejase Lazard. Se constituyó el 30 de octubre de 2009, cerca de un mes después
de que Esperanza Aguirre, entonces presidenta de la región de Madrid, nombrara
a Rato posible candidato para asumir el puesto de Caja Madrid.
Consejeros
de Bankia
Güell, que también ocupó el cargo de
director financiero de Recoletos con Castellanos, representó a Lazard en una
reunión de septiembre de 2010 con ejecutivos de Bankia para preparar una
presentación destinada a los analistas sobre su estructura posterior a la fusión,
según muestran documentos judiciales. Castellanos, Pasquin y Güell declinaron
hacer comentarios cuando Bloomberg contactó con ellos.
Conforme Bankia comenzaba a prepararse para
su OPV de 2011, los ejecutivos del banco buscaron asesores financieros que tuvieran
operaciones en los EE.UU. y Europa y no fueran también aseguradores finales
(“bookrunners”) para evitar un potencial conflicto de intereses, afirmó Rato en
su declaración de diciembre. Eso restringió las opciones a Lazard o Rothschild
y sus lugartenientes propusieron a Lazard, declaró Rato.
“Si se hubiera advertido algún problema en
relación con los intereses, me lo habrían dicho, estoy seguro,” declaró al
tribunal. “No se produjo ningún conflicto de intereses. No mantenía entonces
ninguna relación con Lazard.” ('Los vínculos entre Rato y Lazard muestran cómo sacó provecho una élite de las pérdidas de las Cajas', de
Ben Sills, en Sin Permiso, 30/06/2013)
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