30.4.13

“Muchos de los que se dedican a la política creen que su ejercicio lleva garantizada la impunidad”

"¿Entonces, cuál es el motivo que se den tantos casos de corrupción?

España está viviendo un momento crítico de ruptura de los principios de la moral y la ética pública en el funcionamiento de las instituciones y de los propios partidos políticos. No creo que los políticos españoles sean mejores o peores que los de otros Estados europeos. 

En España hay como una semilla que pervive desde la dictadura que ha hecho que muchos de los que se dedican a la política crean que el ejercicio de la función política lleva garantizada la impunidad de cualquier cosa que hagan, cualquier abuso de poder, cualquier ejercicio de influencia indebida.

 También hay un problema serio con los mecanismos de prevención y de control que han favorecido que la corrupción haya prosperado tanto en España. Los partidos políticos no han tenido la regulación y el control necesario para garantizar un funcionamiento transparente al servicio del ciudadano, fuera de toda contaminación inmoral contraria a la ética pública.

 Un ejemplo puede ser que órganos de control económico como el Tribunal de Cuentas estén constituidos por personas que han sido nombradas por el Congreso de los Diputados y el Senado y por los propios partidos que tienen que ser fiscalizados.  Eso hace que sea un organismo de relativa eficacia, cuando no, de nula eficacia. 

Por otra parte, por razones internas de organización o por acumulación de asuntos, ejercen su función con mucho retraso y eso hace que sea un órgano de control muy deficiente que no tiene la debida eficacia.

 También el Tribunal de Cuentas, con independencia de que no tiene la estructura necesaria para garantizar un control objetivo del funcionamiento de los partidos políticos y de su financiación, desde hace varios años no hace más que hacer recomendaciones y recomendaciones sobre qué habría que hacer para mejorar el funcionamiento de los partidos, recomendaciones que han sido desatendidas de manera sistemática por PP y PSOE, y los partidos nacionalistas, CiU y PNV. 

Prosiga con su análisis.

Por otro lado, la regulación del sistema de partidos políticos y de su financiación es nefasta a pesar de la reforma de 2007 y de la reforma de finales del año pasado. Desde que se restauró la democracia hasta el año 2007, en España se podían hacer donaciones anónimas a los partidos políticos, lo que era una fuente inmensa de corrupción.

 Por un lado, se ocultaba la titularidad de quien concedía grandes sumas, como está viendo ahora en los llamados pápeles de Bárcenas, y por otro no se podía saber si esos proveedores o donantes de los partidos políticos (particularmente a PP, CiU y PNV, porque en materia de donaciones anónimas el PSOE está en una posición muy inferior en cuantía) eran favorecidos con contratos, adjudicaciones del sector público, con licencias urbanísticas o con recualificaciones de suelo.

¿Ahora, cuál es la situación?

Ahora, los partidos políticos tienen dos fuentes de financiación, la que se aprueba en los presupuestos generales del Estado, y la financiación privada, que se sustenta en dos pilares. Desde el año 2007, las donaciones no pueden ser anónimas. Quienes hacen las donaciones tienen que ser personas físicas o jurídicas identificadas.

 Otro pilar de la financiación privada de los partidos son los créditos que otorgan las entidades financieras, es decir el endeudamiento financiero de los partidos políticos. Ante estos dos pilares, la conclusión no puede ser otra que se trata de una situación que aboca a la corrupción. 

Por un lado, está el problema del endeudamiento financiero. Hay análisis del Tribunal de Cuentas que estremecen hasta qué punto ha llegado el endeudamiento de determinados partidos políticos y como se ha estado permitiendo y aún se permite que las entidades financieras condonen las deudas o los intereses de los préstamos que otorgan a los partidos.

 Eso crea una subordinación más que evidente de los partidos políticos hacia las entidades financieras. Por ahí pasan todos los partidos en mayor o menor cuantía. Por otra parte, admitir la financiación a través de donaciones a fundaciones o asociaciones vinculadas a los partidos no es más que una forma tramposa de seguir financiando a los partidos.

 Las fundaciones o asociaciones, por más que no sean el propio partido, han sido creadas por estos y están dirigidas por ellos de manera totalmente controlada.

¿Cuál es el coste de la política en España?

La política se ha convertido en una actividad que presupone un alto coste económico. Algunos actos electorales han costado 200.000, 300.000 o 400.000 euros. En el momento que vivimos, desde un punto de vista económico y social me parece un escarnio. Nadie ha tomado cartas en el asunto para conseguir rebajar los costes de la política. 

Se puede, por ejemplo, concentrar la campaña electoral en una semana, centrarla en las redes sociales, en las teles públicas y privadas, con controles rigurosos, y nada más. El coste económico de la política en España ha representado un despilfarro gigantesco que estamos pagando todos los ciudadanos, en parte a través de las subvenciones públicas que reciben, y en parte porque los partidos se están convirtiendo en rehenes de la grandes entidades financieras que otorgan unos créditos que van destinados a costear unos actos y campañas que cuestan miles de euros. 

 Todo eso conduce a una situación en la que los partidos están funcionando y están controlados en función del interés económico con que tienen que afrontar la siguiente campaña. Los jueces y tribunales tenían que haber actuado en este ámbito desde el principio con mucha mayor eficacia. 

No creo que sea una falta de mecanismos penales. Pienso que hay una utilización demasiado moderada de los mecanismos legales cuando se trata de dar respuestas a la corrupción, especialmente a la corrupción política."   (...)

Fue fiscal anticorrupción del 1995 al 2003, ¿cuál fue el detonante de su cese?

Hubo muchos conflictos con el fiscal general de entonces que era un hombre muy estrechamente vinculado al PP y con los ministros de Justicia que si no me equivoco fueron Ángel Acebes y, sobre todo, José Maria Michavila. 

Pero los detonantes fundamentales fueron la oposición inicial a que la Fiscalía Anticorrupción interpusiera una querella contra César Alierta por el caso de la operación en bolsa. El proceso salió adelante porque hubo una asociación de usuarios, Adicae, que interpuso una denuncia y luego la fiscalía se incorporó cuando el proceso ya estaba abierto. 

Otro punto de conflicto fue la negativa del fiscal general a investigar el proceso contra el entonces ministro de Industria Josep Piqué por el famoso tema de la venta Ertoil. Allí hubo una actitud cerrada para que no avanzáramos en la investigación como se había acordado.

 Incluso cuando la junta de fiscales de salas del Tribunal Supremo, de la que no formaba parte, acordó por mayoría absoluta la imputación, se tenía que tomar declaración como imputado a Josep Piqué, a lo que el fiscal general se negó rotundamente. Otro tema fue la declaración como imputado de Berlusconi por el famoso fraude fiscal en Tele 5. Había muchos conflictos. 

Pero lo que terminó de hacer rebosar el vaso fue el intento de la fiscalía de abrir una investigación y presentar una querella por el famoso caso del tamayazo de la Asamblea de Madrid. Esa fue la última decisión para acabar con esta fiscalía.

 Teníamos acumulados elementos importantes de carácter económico, societario, para haber abierto una investigación en serio, cosa que hizo  el PSOE, pero creo que la querella que planteó estaba equivocada y fue rechazada."          (Entrevista al exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, Attac Madrid, 09/04/2013)

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