"No es una noticia positiva". Primera reacción de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, al ser preguntada por la imputación del presidente de Iberdrola en el 'caso Tándem'. Este tipo de informaciones "no son buenas" para la imagen de las empresas y personas afectadas, añadía. Por extensión, Calviño pensará lo mismo de Isidre Fainé (Fundación la Caixa), Antonio Brufau (Repsol). Porque Ignacio Galán no es el único máximo directivo salpicado por la presunta red corrupta del excomisario José Manuel Villarejo. También está siendo investigado Francisco González, el expresidente del BBVA.
Sánchez Galán es el último alto cargo de una empresa del Ibex-35 en sumarse a esta lista particular. El juez que lleva el caso considera que hay indicios suficientes para acusarle de un delito continuado de cohecho activo, delito contra la intimidad y falsedad en documento mercantil.
¿Qué pasará con ellos a partir de ahora? No está nada claro que sus puestos de trabajo peligren hasta que se resuelva la situación judicial. Los estatutos de ninguna de esas cuatro prevén la dimisión de un máximo responsable en caso de imputación. Aunque bien es cierto, Francisco González abandonó la presidencia del banco antes de que le llegara la decisión del magistrado de investigarle.
¿Qué tienen en común los cuatro en el caso Villarejo? Todos se dirigieron al entonces comisario José Manuel Villarejo para que “espiara”, presuntamente, a otros empresarios que habían puesto el ojo en sus compañías.
Caso Iberdrola y Florentino Pérez
En el caso de Iberdrola se investiga el presunto espionaje ilegal a varios empresarios y directivos. Pero el más conocido de ellos fue Florentino Pérez. El presidente de ACS y del Real Madrid había intentado ocupar un asiento en el consejo de Iberdrola. El auto explica que la investigación se centró en investigar a Pérez a fin de conocer cualquier circunstancia que, llegado el caso, pudiera ser utilizada en un escenario de conflicto. También se espió a Manuel Pizarro, en ese momento presidente de la eléctrica competidora, Endesa.
En la mayoría de las causas están implicados los jefes de seguridad de esas empresas –en algunos casos policías retirados- que abrían la puerta a Villarejo y hacían de nexo con las entidades.
Antonio Asenjo era el jefe de seguridad de Iberdrola y hombre de máxima confianza de Sánchez Galán. Llegó a la compañía desde Prosegur, y también conocía al comisario jubilado desde hacía mucho tiempo.
En su declaración judicial el exjefe de seguridad declaró haber manipulado los conceptos de las facturas, ocultando así no solo el contenido concreto de los trabajos realizados sino también la intervención de Villarejo.
Según el juez, se trataría de facturas emitidas por servicios prestados al entonces comisario “ocultados mediante la manipulación de conceptos que se hicieron figurar en las mismas y conocidas exclusivamente por Ignacio Sánchez Galán”.
La actuación era similar en los otros casos: todo apunta a que Villarejo era el solucionador de problemas cuando los directivos veían amenazados sus sillones por rivales de su misma talla.
El hombre al que todos temían
En las causas de Repsol y Caixabank y la del BBVA, el objetivo a espiar era el mismo: Luis del Rivero, el que era presidente de Sacyr Vallehermoso. En el caso de la petrolera, del Rivero aumentó su participación y los directivos, según el auto, temían que quisiera lanzar una OPA con la petrolera Pemex (también accionista de Repsol).
Tanto Brufau como Fainé en su declaración ante el juez del pasado 7 de mayo se desvincularon de la contratación de Villarejo. “No tengo el más mínimo conocimiento de las actuaciones que se llevaron a cabo", señaló el presidente la Fundación La Caixa, según varias fuentes que estaban presentes.
El trabajo de Villarejo para Repsol y Caixabank se llamó "Proyecto Wine" y consistía en espiar y anular los intentos de Luis del Rivero de hacerse con el poder de Repsol. Los responsables de ficharle fueron los directores de seguridad de ambas compañías.
¿Estaban al tanto Fainé y Brufau? En la documentación que Repsol entregó al juez se decía que "probablemente en alguna de las habituales conversaciones que Antonio Brufau mantenía con el presidente de Caixabank, y dada la confluencia de intereses que ambos mantenían para defenderse frente Luis del Rivero, acordaron compartir los servicios de información”.
Además, Miguel Ángel Fernández, jefe de seguridad e intermediario entre Caixabank y Villarejo, confirmó ante el juez el conocimiento y la participación de Fainé con el que aseguró haber despachado sobre la investigación a Luis del Rivero.
BBVA también contra Del Rivero
BBVA también recurrió a Villarejo cuando Del Rivero intentó hacerse con el banco en 2004. Fue a raíz de una comunicación que envió Sacyr a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. "Tenemos la oportunidad de adquirir una participación significativa en el BBVA”.
El banco se dirigió a Villajero para frenar los pies a Del Rivero en un proyecto que se llamó 'F.G'. según la investigación. Se realizaron campañas de descrédito en medios de comunicación y se espiaron 869 comunicaciones telefónicas en tres meses.
Según Del Rivero, desistió de la operación tras el incendio del Windsor, porque comprendió que le iba "a costar la vida". Aunque fuentes del BBVA aseguran que en realidad la operación había decaído antes.
Aún así, el BBVA siguió contando con los servicios de Villarejo durante 15 años. El juez está convencido de que detrás estaba Francisco González. Y lo cree porque le han señalado directamente sus subordinados. Pero González lo niega todo y así se lo dijo al juez el 18 de noviembre de 2019 cuando declaró. El caso todavía está en fase de instrucción, todavía queda un largo recorrido hasta ver a estos cuatro directivos en el banquillo." (
Sánchez Galán es el último alto cargo de una empresa del Ibex-35 en sumarse a esta lista particular. El juez que lleva el caso considera que hay indicios suficientes para acusarle de un delito continuado de cohecho activo, delito contra la intimidad y falsedad en documento mercantil.
¿Qué pasará con ellos a partir de ahora? No está nada claro que sus puestos de trabajo peligren hasta que se resuelva la situación judicial. Los estatutos de ninguna de esas cuatro prevén la dimisión de un máximo responsable en caso de imputación. Aunque bien es cierto, Francisco González abandonó la presidencia del banco antes de que le llegara la decisión del magistrado de investigarle.
¿Qué tienen en común los cuatro en el caso Villarejo? Todos se dirigieron al entonces comisario José Manuel Villarejo para que “espiara”, presuntamente, a otros empresarios que habían puesto el ojo en sus compañías.
Caso Iberdrola y Florentino Pérez
En el caso de Iberdrola se investiga el presunto espionaje ilegal a varios empresarios y directivos. Pero el más conocido de ellos fue Florentino Pérez. El presidente de ACS y del Real Madrid había intentado ocupar un asiento en el consejo de Iberdrola. El auto explica que la investigación se centró en investigar a Pérez a fin de conocer cualquier circunstancia que, llegado el caso, pudiera ser utilizada en un escenario de conflicto. También se espió a Manuel Pizarro, en ese momento presidente de la eléctrica competidora, Endesa.
En la mayoría de las causas están implicados los jefes de seguridad de esas empresas –en algunos casos policías retirados- que abrían la puerta a Villarejo y hacían de nexo con las entidades.
Antonio Asenjo era el jefe de seguridad de Iberdrola y hombre de máxima confianza de Sánchez Galán. Llegó a la compañía desde Prosegur, y también conocía al comisario jubilado desde hacía mucho tiempo.
En su declaración judicial el exjefe de seguridad declaró haber manipulado los conceptos de las facturas, ocultando así no solo el contenido concreto de los trabajos realizados sino también la intervención de Villarejo.
Según el juez, se trataría de facturas emitidas por servicios prestados al entonces comisario “ocultados mediante la manipulación de conceptos que se hicieron figurar en las mismas y conocidas exclusivamente por Ignacio Sánchez Galán”.
La actuación era similar en los otros casos: todo apunta a que Villarejo era el solucionador de problemas cuando los directivos veían amenazados sus sillones por rivales de su misma talla.
El hombre al que todos temían
En las causas de Repsol y Caixabank y la del BBVA, el objetivo a espiar era el mismo: Luis del Rivero, el que era presidente de Sacyr Vallehermoso. En el caso de la petrolera, del Rivero aumentó su participación y los directivos, según el auto, temían que quisiera lanzar una OPA con la petrolera Pemex (también accionista de Repsol).
Tanto Brufau como Fainé en su declaración ante el juez del pasado 7 de mayo se desvincularon de la contratación de Villarejo. “No tengo el más mínimo conocimiento de las actuaciones que se llevaron a cabo", señaló el presidente la Fundación La Caixa, según varias fuentes que estaban presentes.
El trabajo de Villarejo para Repsol y Caixabank se llamó "Proyecto Wine" y consistía en espiar y anular los intentos de Luis del Rivero de hacerse con el poder de Repsol. Los responsables de ficharle fueron los directores de seguridad de ambas compañías.
¿Estaban al tanto Fainé y Brufau? En la documentación que Repsol entregó al juez se decía que "probablemente en alguna de las habituales conversaciones que Antonio Brufau mantenía con el presidente de Caixabank, y dada la confluencia de intereses que ambos mantenían para defenderse frente Luis del Rivero, acordaron compartir los servicios de información”.
Además, Miguel Ángel Fernández, jefe de seguridad e intermediario entre Caixabank y Villarejo, confirmó ante el juez el conocimiento y la participación de Fainé con el que aseguró haber despachado sobre la investigación a Luis del Rivero.
BBVA también contra Del Rivero
BBVA también recurrió a Villarejo cuando Del Rivero intentó hacerse con el banco en 2004. Fue a raíz de una comunicación que envió Sacyr a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. "Tenemos la oportunidad de adquirir una participación significativa en el BBVA”.
El banco se dirigió a Villajero para frenar los pies a Del Rivero en un proyecto que se llamó 'F.G'. según la investigación. Se realizaron campañas de descrédito en medios de comunicación y se espiaron 869 comunicaciones telefónicas en tres meses.
Según Del Rivero, desistió de la operación tras el incendio del Windsor, porque comprendió que le iba "a costar la vida". Aunque fuentes del BBVA aseguran que en realidad la operación había decaído antes.
Aún así, el BBVA siguió contando con los servicios de Villarejo durante 15 años. El juez está convencido de que detrás estaba Francisco González. Y lo cree porque le han señalado directamente sus subordinados. Pero González lo niega todo y así se lo dijo al juez el 18 de noviembre de 2019 cuando declaró. El caso todavía está en fase de instrucción, todavía queda un largo recorrido hasta ver a estos cuatro directivos en el banquillo." (
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