22.9.21

La puerta giratoria de los reguladores estadounidenses

"(...) La puerta giratoria de los reguladores

Este artículo del NYT es tremendo, y merece una buena lectura. Una de las puertas giratorias más concurridas en Washington es la que comunica las oficinas de las grandes consultorías empresariales en materia fiscal y las oficinas del departamento del tesoro de Estados Unidos. Específicamente, las oficinas que albergan a los abogados y contables que se encargan de escribir los reglamentos que implementan los impuestos que gravan a las grandes empresas.

El escenario más habitual es que un abogado entre a trabajar en PwC o un garito similar, y esté allí unos cuantos años. Cuando están un poco curtidos, se van a trabajar al departamento del tesoro como reguladores, casi siempre cobrando mucho menos, por eso del “servicio público” y demás. El puesto lo consiguen o como consultores (si es una administración “amiga”) o con el proceso de selección normal, que por algo tienen años de experiencia en la materia. Una vez en el gobierno, trabajan en regular a los clientes de sus ex- colegas en PwC, a menudo “asesorados” por lobistas de PwC. Tras varios años de servicio (escribiendo regulaciones favorables a los clientes de PwC), dejan el gobierno y vuelven a PwC, a menudo con un salario sustancialmente mayor que antes de su “visita” al gobierno federal.

Todo legal, por supuesto, porque aquí nadie está vulnerando ninguna ley.

A pesar de que siempre me he quejado de que el sistema de oposiciones para entrar en la administración española, sus rocambolescos exámenes sirven para prevenir esta clase de aventuras. Alguien en PwC no puede “irse” a la Agencia Tributaria un par de años, porque eso exige comerse años de estudios antes de sacarse una plaza. El sistema español no evita que un abogado del estado o alto funcionario al azar dé el salto desde la administración a la empresa privada, por descontado, pero ese es un problema relativamente menor comparado con el descontrol aquí.

También es de recibo recalcar que este es uno de los motivos por los que los funcionarios deben estar muy bien pagados y tener condiciones laborables mejores que las del sector privado - especialmente aquellos en posiciones de responsabilidad. Una de las ventajas del ADIF (porque siempre acabamos con trenes en esta casa) es que sus ingenieros cobran más que sus colegas en el sector privado, así que no tienen demasiados problemas en retener talento. En Estados Unidos, los ingenieros de los departamentos de transporte se van a consultoras tan rápido como pueden. Los salarios en el sector público no son bajos (es más, cobran mucho más que sus colegas en el ADIF) pero es un país tan rico y desigual que las empresas privadas pueden ofrecerles mucho más. (...)"                         (Roger Senserrich , Four Freedom, 21/09/21)

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