"Surgida en julio de 2010 de la fusión de las antiguas cajas de Catalunya, Manresa y Tarragona, Catalunya Caixa desapareció formalmente en 2016,
dos años después de ser engullida por el BBVA y cuando habían pasado
cuatro desde que fue rescatada totalmente por el Estado.
La entidad
nació marcada por los excesos de las tres antiguas cajas de ahorros.
Como tantas otras, habían protagonizado una acelerada apuesta por el
ladrillo que con el estallido de la burbuja lastró sus cuentas y fue uno
de los orígenes de un enorme agujero económico.
Este martes, Catalunya Caixa ha vuelto a los titulares por la absolución de Narcís Serra, Adolf Todó
y el resto de la cúpula de la entidad de un posible delito de
administración desleal por los incrementos salariales que se aprobaron
durante el 2010. El de los sobresueldos, sin embargo, sólo es uno de los
escándalos protagonizado por una entidad el rescate de la cual costó 12.000 millones de euros públicos, fruto de una pésima gestión por la que hasta la fecha nadie ha pagado ninguna responsabilidad.
Incrementos salariales en pleno hundimiento
La Audiencia de Barcelona ha decidido absolver a los 41 miembros del consejo de administración de Catalunya Caixa de los posibles delitos de administración desleal y apropiación indebida por la decisión de subirse los sueldos en un contexto adverso.
Los dirigentes más destacados en la causa eran Narcís Serra, ex alcalde
socialista de Barcelona, ex vicepresidente del Gobierno español y
presidente de Caixa Catalunya entre 2005 y 2010; Adolf Todó, que se
incorporó a la entidad en 2008 como director general proveniente de
Caixa de Manresa; y Jaume Massana, que ejercía de director general adjunto.
Según la sentencia, "no hay comportamiento delictivo
ni en los aumentos de sueldo ni en el proceso que llevó a su
aprobación". La Audiencia añade que "a pesar de hacerlo en un contexto
general de crisis económica aguda y en una particular situación de
debilidad de la caja, [los hechos] no presentan carácter delictivo".
Ahora bien, aunque para la justicia los hechos no
constituyan delito, éticamente sí que pueden ser cuestionados. Los
números ya no salían en una entidad que había iniciado un proceso de
recorte de plantilla a raíz de las fusiones de las tres cajas
preexistentes. Todó se había incorporado a Caixa Catalunya con un sueldo de 600.000 euros anuales, al que había que añadir una parte variable equivalente al 35% de esta cantidad si lograba determinados objetivos.
Tras los incrementos de enero y octubre de 2010, el sueldo fijo de Todó se elevó hasta los 812.000 euros
y la parte variable había ascendido del 35% al 50%. En el caso de
Massana, el salario se situó en 610.000 euros, mientras que el variable
era del 45% respecto a esa cantidad. Serra, por su parte, pasó de cobrar
dietas a tener un salario de 175.000 euros anuales a partir de 2007.
En 2013, Todó y Massana fueron despedidos sin
indemnización de una entidad que habían llevado a la quiebra y al
rescate público, pero en 2016 el Tribunal Superior de Justicia de
Catalunya sentenció que cada uno de ellos debía recibir 600.000 euros por despido improcedente.
Un agujero de 720 millones por ruinosas operaciones inmobiliarias
El caso de los sobresueldos no es el único escándalo
de Catalunya Caixa que ha llegado a los tribunales. De hecho, Serra y
Todó, entre otros antiguos directivos de la entidad, fueron imputados
por la Audiencia Nacional por el agujero de 720 millones de euros que
generaron a través de ruinosas operaciones inmobiliarias.
Actualmente, sin embargo, la Audiencia sólo mantiene a cinco imputados en este caso, entre los que está Serra, el ex director general José María Loza,
pero no Todó. El grueso de las operaciones datan de la época de Caixa
Catalunya y según la Fiscalía se habrían cometido "notables
irregularidades" en decenas de promociones.
La denuncia argumenta que la caja avaló "la mayoría"
de las operaciones analizadas "confiando en la palabra" de los socios en
la inversión, "sin informes previos externos independientes al
proyecto" y sin llevar a cabo "análisis exhaustivos de aspectos como la
solvencia y capacidad de los asociados".
Tampoco se habrían hecho informes jurídicos sobre los contratos de las operaciones. La Fiscalía añade que casi todas las operaciones analizadas requerían superar trámites urbanísticos "ineludibles"
y de "resolución incierta" antes de poder construir las viviendas. Como
ejemplo del carácter altamente especulativo y de riesgo de las
operaciones, la Fiscalía apunta que en algunos casos se adquirieron
terrenos no urbanizables o, incluso, declarados de especial interés.
Un rescate que costó casi 12.000 millones públicos
Junto con Bankia, Catalunya Caixa es la entidad financiera de España que se benefició de un mayor rescate con dinero público.
En concreto, obtuvo en varias tandas más de 12.000 millones de euros,
que se han perdido casi en su totalidad. La primera inyección llegó en
julio de 2010, coincidiendo con la fusión de las antiguas cajas de
Catalunya, Manresa y Tarragona: 1.250 millones. En ese momento, el
consejo de administración estaba en plena vorágine de aprobar
incrementos salariales a los principales directivos de la caja.
En septiembre del 2011, el FROB -el instrumento del
Gobierno para rescatar a la banca- se convirtió en el máximo accionista
de la entidad, con el 90% del capital, después de abonar 1.350 millones
más. El tercero, y definitivo, paquete llegaría en 2012, con 9.400
millones más. Del total, el Estado sólo ha recuperado 216 millones por
la venta de Catalunya Caixa al BBVA, es decir, menos del 2% de lo que
había aportado.
Generosas dietas a políticos
Según reveló el digital Crític, entre 2004 y 2010 Catalunya Caixa abonó más de 6,2 millones de euros en dietas a sus consejeros,
una parte de los cuales eran cargos políticos vinculados al PSC o a
CiU. El más destacado, de nuevo, fue Narcís Serra, quién además del
sueldo de 175.000 euros que tenía desde el 2007 cobró 572.000 euros en
dietas durante estos siete años. Otros cargos de partidos que obtuvieron
jugosas dietas fueron los socialistas Joan Echániz (435.000) y Josep Burgaya (199.000) o los convergentes Estanis Felip (213.000) y Francesc Iglesias (166.000).
Protagonista de abusos bancarios
Un último elemento polémico de la gestión de Catalunya Caixa fue la comercialización de productos abusivos,
una práctica muy habitual en el sector de la que la entidad presidida
por Narcís Serra también fue protagonista. Por poner sólo dos ejemplos,
Catalunya Caixa mantuvo las cláusulas suelo en sus hipotecas hasta el 2015,
aunque el Tribunal Supremo hacía dos años que había anulado las del
BBVA, que desde 2014 había absorbido la entidad. Asimismo, tuvo que
devolver casi 300 millones a sus clientes por la monumental estafa de las participaciones preferentes." (Marc Font, Público, 13/02/19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario