31.1.17

La conexión Porto: fraude y corrupción en el fútbol portugués

"Jorge Nuno Pinto da Costa, historia número uno: a mediados de 2015, la prensa portuguesa comenzó a informar sobre un caso de corrupción en el corazón de la directiva del Futebol Clube do Porto (centenario equipo conocido en España como FC Oporto).

 Más que un simple caso de evasión fiscal, lo que el público luso comenzaba a conocer a cuentagotas era una red de seguridad privada sin licencia en bares, discotecas y en el Estadio do Dragao. Una historia turbia, de las que ensucian las manos, y que implicaba extorsiones, pertenencia a asociación criminal, espionaje ilegal, intimidación con violencia, coacciones, tráfico, atentados graves contra la integridad física y posesión de armas ilegales.

El diario portugués Observador llegó a titular una crónica “Mafias de la noche. Cuando los Soprano dejan de ser ficción”. Lo más llamativo es que dos de los ejes de toda esta trama son el actual presidente del Oporto, Jorge Nuno Pinto da Costa, y el ‘exvice’ del club Antero Henrique. 

Fue sólo casualidad que este caso, al que las autoridades pusieron por nombre Operación Fénix, saliera justo cuando comenzaba a filtrarse la mayor fuga de información clasificada de la historia del fútbol, y que acabó conociéndose como Football Leaks. Lo que excede la casualidad es que varios clubes portugueses, sobre todo el FC Porto, aparecen en ambos casos de forma continuada.

Si es cierto que el Football Leaks comenzó a mediatizarse con filtraciones a Der Spiegel y otros diarios de 12 países diferentes, también lo es que la mayor parte de las actividades ilícitas reveladas convergen en Portugal. Incluso su primera plataforma se lanzó desde Portugal, lo que dio origen al rumor de que la fuente de todas las filtraciones fuera un hacker portugués.

 En todo caso, la sinfonía que sale tocando juntos los acordes del Football Leaks y la Operación Fénix es clara. La corrupción en Portugal gotea desde los palcos directivos de los equipos más importantes del país, desde las operaciones de puro y coñac que alcanzan millones de euros, hasta la miscelánea de seguritas, pandilleros y expolicías que actúan como mafias con amenazas, extorsiones y violencia a pie de calle.

Pinto da Costa sigue, por la Operación Fénix, encausado por siete crímenes relacionados con la empresa de seguridad privada SPDE –Segurança Privada e Vigilância em Eventos, Lda.–. Con él, Antero Henrique, ex director general del SAD –siglas de la Sociedad Anónima Desportiva, que incluye a todo el accionariado del club– y otros 13 detenidos relacionados con la empresa de seguridad siguen en un proceso que se adivina largo y complicado. 

Suman 56 encausados, entre ellos el exdirigente del Sporting Godinho Lopes y otros jugadores, incluso de la selección nacional; investigaciones en Oporto, Lisboa, Amarante, Lamego, Lousada, Braga y Vila Real; un exagente de la PSP –Polícia de Segurança Pública– sospechoso de colaboración; coches, armas y dinero incautados…

Alexandre Pinto da Costa, historia número dos: he aquí que llega el Football Leaks y el nombre de Pinto da Costa vuelve a las portadas. Esta vez, su hijo, Alexandre Pinto da Costa, que aparece envuelto en una presunta trama de comisiones ilegales.

Pinto da Costa, hijo –según los documentos filtrados por la European Investigative Collaborations y publicados en Portugal por Expresso– recibió comisiones de negocios cerrados entre el SAD del Oporto y la empresa Energy Soccer, ambos ligados al propio Alexandre. Más allá del conflicto de intereses por el que ni el presidente del club ni los socios parecen interesarse, la ley nacional portuguesa prohíbe cobrar comisiones por parte de ambos equipos que se transfieran jugadores, y Alexandre cobró también, presuntamente, varias comisiones en operaciones de este tipo.

El caso más llamativo, y uno de los que sitúa a Pinto da Costa como eslabón de la cadena de corruptelas que está poniendo al descubierto el Football Leaks, fue el que implicó el préstamo del jugador brasileño Casemiro del Real Madrid al FC Porto. 

Con este negocio, Energy Soccer actuó como intermediario y recibió 700.000 euros –en una operación entre el Madrid y el Oporto que ascendía a 7,5 millones de euros– a través de Vela Management, empresa radicada en Malta y dirigida por el también portugués Nélio Lucas, presidente a su vez de Doyen Sports. Aquí nos metemos en otro de los problemas del negocio del fútbol internacional, y que los papeles filtrados por la EIC devuelve a la actualidad: el papel de los fondos de inversión en el fútbol.

 Doyen Sports, que gestiona los derechos de decenas de deportistas (en clubes como el FC Porto, Benfica, el Atlético de Madrid, el Leganés, el Sevilla, etc.), es en realidad una filial del fondo de inversiones Doyen Capital LLP, o Doyen Group, operada desde Rusia por el promotor inmobiliario kazajo Tevfik Arif. El grupo Doyen no sólo ha invertido millones de euros en las ligas de fútbol de Brasil, España, Portugal o Francia. 

Con un especial apetito por los mercados de economías emergentes, la firma también tiene inversiones en la construcción y la promoción, en el sector turístico, en el carbón, en el petróleo y en otros recursos naturales.

Según un informe de la firma auditora KPMG, en 2014 diversos fondos de inversión como Doyen poseían el 36% de los derechos de jugadores en la liga portuguesa, por lo que en 2015 la FIFA prohibió este tipo de procedimientos, conocidos como TPO (Third-Party Ownership, o propiedad a terceros). Claro que ni a las ligas nacionales, tremendamente necesitadas de liquidez, les interesa ningún tipo de traba en la financiación, ni la FIFA puede hacer frente a la ingeniería financiera con que los fondos eluden, con mayor o menor legalidad, cualquier tipo de prohibición.

Por supuesto, el uso de paraísos fiscales –como Malta, Panamá o Islas Vírgenes Británicas– es el recurso estrella para, por un lado, no pagar impuestos en los países de residencia de jugadores, agentes, equipos de fútbol y patrocinadores; y por otro, para establecer una red de empresas pantalla, cuentas fantasma y testaferros que dificulten la investigación por parte de las autoridades tributarias.

¿Cómo se llega al punto en que un club endeudado hasta el dolor puede pagar decenas de millones de euros por un futbolista? ¿Cómo se divide el valor de un deportista en porcentajes? Lo mejor es dejar de mirar la pelota y seguir el consejo que Garganta Profunda dio, en el Caso Watergate, al periodista Carl Bernstein: "Follow the money". Así las presuntas corruptelas de Jorge Nuno Pinto da Costa, el padre, se quedan a la altura de la picaresca en comparación con las que rodean a Alexandre Pinto da Costa, el hijo.

Alexandre comenzó su camino como agente intermediario en el fichaje de jugadores en la década de los 90. Pinto da Costa, hijo, se alió con José Veiga, importante agente a nivel mundial y con el que protagonizó sonados traspasos, como los de Figo y Zidane. Gracias a Veiga, y mediante la empresa Superfute, fundada por ambos en 1994, Alexandre descubrió un negocio en el que, si se tenían los contactos y la ambición, siempre habría nuevas formas de ganar dinero.

La empresa vivió una década gloriosa. Fue aquí cuando Alexandre se aficionó a pagar en gasolineras y en las cenas del Palacio da Bolsa de Oporto con billetes de color púrpura, lo que le valió el apodo de O quinhentos –El quinientos–. Superfute llegó a cotizar en la Bolsa de París, pero el último año que presentó cuentas, 2004, la sociedad declaró unas ganancias poco creíbles. 

Tan sólo un año después, París suspendió su participación en Bolsa, el banco luxemburgués Dexia reclamó a José Veiga el embargo de 1 millón de euros por préstamos, la Hacienda portuguesa comenzó a interrogarle por el desvío de unos 5 millones de euros y, por último, la empresa cayó en desgracia ante la directiva del FC Porto. Sobre todo ante Jorge Nuno Pinto da Costa, que incluso se alejó de su hijo Alexandre por su obstinada amistad con Veiga. Sin las conexiones de Alexandre en el club portuense, y estando Veiga ya fuera de la directiva del Benfica por sus problemas con Hacienda, los negocios se volvieron imposibles.

Y alguna pestilencia debió olerse Jorge Nuno al oponerse a las relaciones entre Alexandre, el Oporto y José Veiga. En 2015 Veiga, el antiguo agente de deportistas ya reconvertido en inversor de oro, empresario y consultor en países como Congo, Cabo Verde o Brasil, era detenido junto a Paulo Santana Lopes –hermano del ex primer ministro de Portugal, Pedro Santana Lopes– por corrupción en el comercio internacional, blanqueo de capitales, tráfico de influencias y fraude fiscal.

Con la salida de José Veiga del mundo del fútbol, el FC Porto ponía al frente de los fichajes al que más tarde sería encausado, junto a Jorge Nuno, por la Operación Fénix: Antero Henrique. En 2011 Alexandre y Jorge Nuno Pinto da Costa se reconcilian y el hijo crea, tan sólo un año después, la sociedad Energy Soccer.

 Según los datos publicados por el diario portugués Expresso, en tan sólo cuatro años Energy Soccer obtuvo unas comisiones de 1.754.000 de euros en operaciones con el FC Porto, una buena parte, según la EIC, de forma ilegal. Energy Soccer niega parte de esa facturación, aduciendo que algunas facturas no fueron emitidas al FC Porto, sino a otras empresas como Doyen o Vela Management.

Pero las buenas relaciones entre Alexandre y Antero Henrique no podían durar, y sus disputas comenzaron pronto a hacerse públicas ante la afición portuense. En 2016, las diferencias entre ambos –según muchos medios portugueses– llevan a Henrique a abandonar, después de 26 años a su servicio, toda relación con el club portugués. 

Además de sus desavenencias con Alexandre, otra de las razones que apuntan algunos medios para la salida de Henrique del FC Porto fue el acercamiento del club al que los papeles del Football Leaks ponen en el centro de los negocios fraudulentos del fútbol mundial: el también portugués Jorge Mendes.

Jorge Mendes, historia número tres: un rumor circula por algunos clubes europeos: "Juega quien Mendes manda". Dicen que a día de hoy es el representante deportivo más rico del mundo, elegido mejor agente del mundo seis años consecutivos por la Globe Soccer, condecorado en 2012 con el Colar de Honra ao Mérito Desportivo por el Gobierno portugués, y su primer negocio con carne de futbolista fue, una vez más, con el FC Porto. Corría el año 1996 y Jorge Mendes se pasaba los días y las noches de dj en su propio club nocturno, el Alfândega, en la norteña localidad de Caminha. Su primer traspaso con éxito, el del por entonces guardameta Nuno Espírito Santo –a quien conoció en el Alfândega–, del FC Porto al Deportivo de La Coruña, le acarreó fama de matador, y más jugadores se ofrecieron para ser representados por el portugués. Comenzaba su deslumbrante carrera como agente.

Desde aquellos polvos a estos lodos, Mendes, según los papeles filtrados por la EIC, ha ideado un sistema para proteger del fisco gran parte de los ingresos por publicidad de sus representados. Con su empresa Gestifute, radicada en Portugal; otras dos empresas, Polaris Sports y MIM Ltd., radicadas en Irlanda y dirigidas por el también portugués Luis Correia –aunque tienen en nómina a otros dos directores, Liam Grainger y Andy Quinn, ambos directores o ex directores de otras 436 empresas sólo en Irlanda, 150 de ellas aún activas–; sociedades en Islas Vírgenes Británicas y cuentas en Suiza, Jorge Mendes ha conseguido ahorrar a sus representados, y a él mismo, decenas de millones de euros en impuestos. 

Algunas operaciones, como la de Cristiano Ronaldo, que presuntamente evadió 150 millones de euros al fisco, se realizaron a través de terceras empresas, como Mint Media, dirigida por el máximo accionista del Valencia, Peter Lim.

Ha conseguido colocar jugadores de Segunda en equipos de Primera a jugar partidos de categoría, sube y baja pedigríes, infla y desinfla precios... que te represente Jorge Mendes es tocarte la lotería. Porque el nombre del agente portugués no es la primera vez que se inunda de polémica. En un reportaje para El País Semanal, el periodista John Carling relataba dos casos que, “sin hacer ninguna acusación al respecto”, al menos sí dejaban en el aire algunas sospechas.

El primero fue el del jugador portugués Pedro Mendes, cuyo agente en la temporada 2011-12 era Jorge Mendes. Según Carling, Pedro fue cedido por el lisboeta Sporting de Portugal al Real Madrid el verano de 2011, aunque lo pusieron a jugar en el Real Madrid B –el Castilla–. A sus 20 años, Pedro sólo había jugado en Portugal en Segunda División, de aquí quizá que “no todos me recibieron bien en el club” madridista, como aseguró en una entrevista a France Football

Carling va más allá y escribe que en el equipo le llamaban “el enchufado”. Esto no impidió que Mourinho, por aquel entonces entrenador del Madrid y también representado por Jorge Mendes, lo sacara a jugar ante las miradas atónitas de lo jugadores en un partido de la Liga de Campeones. “Si el objetivo hubiese sido revalorizar al jugador, no se engañó a nadie”, termina Carling.

El segundo caso llegó a ser investigado por la Polícia Judiciária lusa –encargada de investigar, entre otros, posibles delitos de corrupción, económicos y financieros–. Carling cuenta la historia del jugador portugués Bebé, cuyo agente, Jorge Mendes, consiguió que Alex Ferguson le fichara para el Manchester United sin haberle visto, ni siquiera en vídeo. Según declaró Ferguson, el fichaje le fue sugerido por el ex seleccionador portugués Carlos Queiroz –ex auxiliar del United–, cuyo agente era también Jorge Mendes. 

Además del United, en Bebé también se había interesado el Real Madrid, entrenado por aquel entonces por José Mourinho. Antes de recabar en el United aquella temporada de 2010-11, Bebé había jugado en un equipo portugués de Segunda y seis amistosos de pretemporada con el Vitória de Guimarães. El fichaje le costó al United 9 millones de euros, de los cuales 3 millones y medio fueron para Jorge Mendes.

El superagente luso representa en todo el mundo unos 70 jugadores, incluyendo a 4 entrenadores. De éstos, 15 juegan en La Liga española, y otros lo hacen en la inglesa, la portuguesa, la francesa, la alemana, los Países Bajos, Turquía, Brasil, etc. Según noticia El Mundo, basándose en los informes filtrados por la EIC, muchos de los jugadores representados por Mendes en España –Cristiano Ronaldo, Ricardo Carvalho, Coentrão, Pepe y Falcao, además del entrenador José Mourinho, que se sepa– están siendo investigados por Hacienda. También ha habido y hay investigaciones en Reino Unido y, por supuesto, en Portugal."                       (Daniel Toledo, CTXT, 18/01/17)

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