3.12.14

“El PP me pagó con billetes de 500 en b parte de una campaña en Alicante”

"La campaña electoral del PP en las elecciones municipales de 2007 en Alicante que coordinó la entonces concejal de Urbanismo y actual alcaldesa Sonia Castedo superó los límites legales que marca la ley, se pagó en dinero negro y fue financiada en parte por el constructor Enrique Ortiz y otros promotores locales y nacionales, asegura Enrique Ruiz Córcoles, propietario de la agencia de publicidad ER Backspin al que se le encargaron casi todos los eventos. Castedo y Ortiz lo niegan.

Ruiz Córcoles, de 49 años, entonces hombre de confianza de Castedo, diseñó una agresiva campaña que, según asegura, costó más de 450.000 euros, dio la mayoría al PP y aupó a la alcaldía a Luis Díaz Alperi, al que luego sucedió Castedo, hoy imputada junto a Ortiz por amañar supuestamente el Plan General Urbano de la ciudad y en el denominado caso Rabassa.

El dueño de ER Backspin afirma a EL PAÍS que no firmó ningún contrato con el PP y que preparó una factura por sus servicios de 21.000 euros porque la Ley Electoral impedía gastar más. “Me dieron 35.000 euros en b en el despacho de Luis Díaz Alperi, que estaba con Sonia Alegría [concejal del PP].

Me hizo contar el dinero delante de ellos. Posteriormente, durante la conversación comenté cómo fabricaban tan bonitos los billetes de 500. Sonia me dijo: ‘Esto lo mandan de Madrid”. Asegura que esto fue tres o cuatro días después de la jornada electoral. Alperi y Alegría lo niegan.

Dentro del caso Gürtel que se instruye en Valencia, la Agencia Tributaria atribuye el pago de 88.000 euros en dinero b de parte de esa campaña del PP a “Sonia”.

Ruiz afirma que el resto se lo abonaron varios constructores, entre los que cita a Enrique Ortiz. “Ortiz me pagó en billetes unos 30.000 o 40.000 euros. Fui a sus oficinas en Alfonso X El Sabio y una secretaria me dio un sobre diciéndome: ‘Esto han dejado para ti”. El constructor Ortiz niega el presunto pago.

La campaña a las municipales en Alicante en 2007 fue clave porque semanas antes de las elecciones una encuesta del CIS apuntaba que el PP perdería la alcaldía. El partido se volcó con una ostentosa campaña electoral. La imagen de Díaz Alperi cubrió las fachadas de una docena de edificios en lonas de hasta 10 por 6 metros. Los carteles se colgaron en edificios en construcción y en otros protegidos de los barrios más emblemáticos.

 Una ordenanza, aprobada anteriormente por el propio Alperi y su grupo municipal, prohibía la instalación de carteles, exigía su retirada inmediata y multaba con hasta 3.000 euros a quien lo hiciera. La oposición denunció el despliegue de medios del que hizo gala el PP.

“Sonia se ocupó de buscar todos los espacios y habló con los constructores y promotores que los cedieron. Les decía: ‘Hay que colaborar con la campaña’. Alquilar cada fachada podía costar entre 8.000 y 40.000 euros al mes. Logramos los mejores espacios de la ciudad. Movilicé a más de 150 personas durante 25 días”, asegura Ruiz.

“Fue una campaña bestial. Había castillos hinchables, tirolinas, bandas de música, regalábamos coca-colas. Pusimos más de 150 vallas en Alicante, radios, publicidad estática, un folleto especial de 12 páginas buzoneado por todo Alicante... Invitábamos a todo el mundo”, recuerda Ruiz.

La campaña no reparó en gastos. Una crónica del diario Información de Alicante del 15 de mayo de 2007 describe un mitin de Alperi: “La organización del PP montó en la plaza de San Blas todo tipo de atracciones para el público: invitó a comer y beber, entregó bolsas con obsequios, instaló juegos infantiles... hasta la banda de Los Claveles tocó”.

Contra pronóstico, Alperi logró la alcaldía por 63.695 votos (15 concejales de 29). Fue la cuarta mayoría absoluta consecutiva de Alperi.

“Cuando ganamos celebramos el fin de fiesta en el hotel Meliá y Sonia y Alperi y el resto de concejales me mantearon. Hubo barra libre para mil personas”, recuerda Ruiz, que afirma que organizó los actos y estrategia publicitaria salvo el primer mitin y el último. En ambos intervino Francisco Camps, entonces presidente de la Comunidad Valenciana. “Los actos de Camps los organizaba Orange Market”, apostilla el publicitario. Orange Market es una de las empresas investigadas en la trama Gürtel.

El 17 de septiembre de 2008, menos de año y medio después de las elecciones, Alperi, entonces imputado, cedió el bastón de la alcaldía a Sonia Castedo, una periodista reconvertida en política. “Durante la campaña ya sabíamos que Alperi le dejaría el poder, que ella iba a ser la alcaldesa”, asegura Ruiz.

El publicitario describe cómo el PP propuso pagarle la campaña: “Me dijeron que preparara una factura de 21.000 para el partido”. Era el máximo permitido por la ley. El resto procedió de constructores o de contratos troceados del consistorio después de ganar la alcaldía.

 Como ejemplo, cita la campaña divernadal de Navidad de ese año: “El presupuesto excedía lo que podía dar una sola concejalía, así que lo trocearon”. Para probarlo muestra 15 facturas de distintos departamentos. “Me avisaban antes de cuál era la mejor oferta de los competidores para que la mejorara”.

Aun así, los contratos no conseguían saldar la deuda: “En 2009 comencé a tener problemas porque seguían sin pagarme; yo a mi vez dejé deudas a varios proveedores y todo se me vino abajo. Me decían que me pagarían con concesiones municipales, pero me ofrecían tonterías y acabé arruinado”.

 Así era el sistema que supuestamente utilizaron Alperi y Castedo para favorecer a los constructores que financiaron su campaña: “Les pagaban los favores con concesiones municipales. Todo era una farsa y lo sabíamos mucha gente. Los empresarios de Alicante están sangrados”.

El dueño de la agencia ER Backspin afirma que el constructor Enrique Ortiz regaló joyas y relojes a concejales y a Sonia Castedo. “Ella le decía: ‘Enrique, no me hagas estos regalos que no sé como te los voy a pagar’. Y él respondía: ‘Ya sabes cómo’. Eran relojes y joyas de 6.000 y 7.000 euros. He escuchado conversaciones alucinantes entre Ortiz y Sonia. Entonces la corrupción era lo normal. Yo he visto cómo les llevaban al coche neceseres. Y a Alperi con bolsas negras liadas, aunque nunca vi lo que iba dentro”.

Ruiz define la relación del constructor con la alcaldesa como “muy estrecha” y afirma que esta “ha estado muchísimas veces en el barco de Ortiz en Ibiza”. Unas fotografías de ambos con unos amigos celebrando las Navidades en un hotel de Andorra lo demuestran.

El publicitario se lamenta de que lleva años intentando cobrar los 140.000 euros que aún le deben. “He ido a la sede del PP en Génova a reclamar la deuda y la única respuesta que me dan es que ya me llamarán”, se lamenta. Dice que cayó en desgracia en el entorno de Castedo porque “vieron que trataba con José Antonio Sobrino”, un concejal del PP ahora enfrentado a la alcaldesa.

Ruiz vendió el catamarán que tenía atracado en el puerto de Alicante y se marchó a Argelia en febrero de 2012 en busca de trabajo. Dejó un reguero de deudas. Y concluye: “Ellos viviendo de puta madre y yo de la limosna. Lo he pasado muy mal, aunque ahora he conseguido rehacer mi vida. Esta gente no imaginaba que algún día me atrevería a contar la verdad. Llevo siete años callado y me apetecía hacer esto. Hoy he descansado”.        ( /   El País, Madrid 30 NOV 2014)

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