9.6.14

El Tribunal de Cuentas troceó obras para adjudicarlas a dedo a la firma que reformó casas de altos cargos. En casa do ferreiro...

"El Tribunal de Cuentas del Estado troceó proyectos de obras y contratos para eludir la Ley de Contratos para las Administraciones Públicas, y las adjudicó a un empresario que arregló las casas particulares del número dos de la institución y consejero de fiscalización, Javier Medina, y de su hermano Enrique, gerente del tribunal hasta finales de 2012.

El órgano encargado de fiscalizar y sancionar a las Administraciones públicas que vulneran la ley fraccionó contratos para que no superasen el máximo legal de 30.050,61 euros, y evitar sacarlos a concurso público con el argumento de que se trataba de obras menores.

 El beneficiario de estas adjudicaciones fue la firma de Ángel Ortega, un empresario al que altos cargos de este tribunal —entre ellos el actual vicepresidente, propuesto por el PP, Javier Medina, y su hermano Enrique— contrataron a título particular para que les pintase las paredes y acuchillase el parqué de sus casas, entre otros arreglos, según ha reconocido a EL PAÍS el propio Ortega.

Este empresario admite que durante años ha trabajado para el Tribunal de Cuentas, y que dejaron de adjudicarle obras tras la llegada del actual presidente, Ramón Álvarez de Miranda, también propuesto por el PP. 

El acceso de Álvarez de Miranda al primer sillón de este tribunal, en julio de 2012, precipitó la salida de Enrique Medina como gerente del tribunal y de José Luis Pajares como secretario general. “Ha habido un troceo injustificado de las obras que se han hecho en la sede en los últimos años”, denuncian altos cargos del Tribunal de Cuentas, que piden anonimato.

Fuentes de la institución se preguntan cómo Ortega dispuso de las llaves y uso de una habitación dentro de las instalaciones del tribunal, en el sótano, y durante años, hasta que se renovó en 2012 el tribunal. “Allí guardaba las herramientas”, indicó Ortega a este periódico.

 Los nuevos responsables de la gerencia y de la secretaría general del tribunal ordenaron su cierre y la retirada de llaves con aquiescencia del nuevo presidente, Ramón Álvarez de Miranda. (...)

“Ha habido un troceo injustificado de las obras que se han hecho en la casa”, denuncian altos cargos del Tribunal de Cuentas, que añaden: “Cabe contratar como obra menor una reparación urgente, o un trabajo aislado que realmente cueste menos de 30.000 euros. Pero si de lo que se trata es de reformar progresivamente las instalaciones de la casa, pues se hace un cálculo total de obras durante un periodo y lotes concretos, y se sacan a concurso público, pero sin fraccionar. 

El tribunal tiene que dar ejemplo, y no es lícito hacer adjudicaciones despacho por despacho y dárselas a la misma persona”. La finalidad de la ley que regula las contratas públicas es que haya igualdad de armas entre todos los empresarios a la hora de pujar por una obra. (...)"           ( , El País, Madrid 8 JUN 2014)

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