"El caso del banco británico HSBC constituye un ejemplo suplementario de la doctrina “demasiado grandes para ser encarcelados” [1].
En 2014 el grupo mundial HSBC (Hong Kong Shanghái Banking Corporation),
emplea a 260.000 personas, está presente en 75 países y declara 54
millones de clientes [2]. En el transcurso del último
decenio el HSBC ha colaborado con los cárteles de la droga de México y
Colombia, responsables de (decenas de) miles de asesinatos con armas de
fuego, en el blanqueo de dinero por un montante de 881millones de
dólares [3].
Las relaciones comerciales del banco
británico con los cárteles de la droga han perdurado a pesar de decenas
de notificaciones y de advertencias por parte de diferentes agencias
gubernamentales de los Estados Unidos (entre ellas la OCC, Office of the
Comptroller of the Currency –Oficina del Controlador de la Moneda).
Los
beneficios obtenidos han conducido al HSBC no solo a ignorar las
advertencias sino, además, a abrir ventanillas especiales en sus locales
de México, en los que los narcotraficantes podían depositar cajas
llenas de dinero en efectivo para facilitar el proceso de blanqueo [4].
A pesar de la actitud abiertamente provocadora del HSBC hacia la Ley,
las consecuencias legales de su colaboración directa con organizaciones
criminales fueron prácticamente nulas. En diciembre de 2012, HSBC tuvo
que pagar una multa de 1,9 millardos de dólares -es decir, el
equivalente a una semana de ingresos del banco- para dejar cerrado el
asunto del blanqueo.
Ni un solo dirigente o empleado ha sido puesto ante
la justicia, aunque la colaboración con organizaciones terroristas o la
participación en actividades ligadas al narcotráfico están condenadas
con cinco años de prisión. Ser dirigente de un gran banco da carta
blanca para facilitar, con total impunidad, el tráfico de drogas duras u
otros crímenes.
El International Herald Tribune
(IHT) ha realizado una investigación para conocer qué debates habían
tenido lugar al respecto en el seno del Departamento de Justicia. Según
las informaciones obtenidas por el periódico, varios fiscales querían
que HSBC se declarara culpable y reconociera así que había violado la
ley que le obligaba a informar a las autoridades sobre la existencia de
transacciones superiores a 10.000 dólares identificadas como dudosas.
Esto habría debido conllevar la retirada de su licencia bancaria y el
fin de las actividades de HSBC en Estados Unidos. Tras varios meses de
discusiones, una mayoría de los fiscales tomó otro camino y decidió que
no había lugar a perseguir al banco por actividades criminales, pues era
preciso evitar su cierre. Convenía incluso evitar ensuciar demasiado su
imagen [5].
A la multa menor de 1,9 millardos de dólares se le
añade entonces una especie de período de prueba: si, entre 2013 y 2018
las autoridades tienen la prueba de que HSBC no ha puesto fin
definitivamente a las prácticas que han provocado la sanción (no es una
condena), el Departamento de Justicia podría contemplar reabrir el
expediente.
En definitiva, la medida puede ser resumida así: “Pequeño
diablillo, danos una semana de tu paga y que no te pillemos de nuevo en
cinco años”. Tenemos aquí un ejemplo evidente de la fórmula “demasiado
grande para ser condenado”.
En julio de 2013, en una comisión
senatorial que trataba el asunto del HSBC, Elizabeth Warren, una
senadora demócrata del estado de Massachusetts, puso a prueba a David
Cohen, representante del ministerio de finanzas, en el que ocupa el
puesto de subsecretario responsable de la lucha contra el terrorismo y
el espionaje financiero.
Grosso modo le planteó lo siguiente: “El
gobierno de los Estados Unidos se toma muy en serio el blanqueo de
dinero (...). Es posible cerrar un banco que se ha visto implicado en el
blanqueo de dinero, se puede prohibir a determinados individuos el
ejercicio de una profesión o una actividad en las finanzas, y alguien
puede ser enviado a la cárcel. Sin embargo, en diciembre de 2012 el
HSBC... confesó haber blanqueado 881 millones de dólares procedentes de
los cárteles mexicanos y colombianos de la droga, y el banco ha admitido
también haber violado las sanciones.
HSBC no lo ha hecho solo una vez,
sino de forma reiterada. HSBC ha pagado una multa pero ningún individuo
ha sido expulsado de la profesión bancaria y no se ha oído hablar de un
posible cierre de las actividades de HSBC en Estados Unidos. Querría que
nos respondería a la siguiente pregunta: ¿cuantos miles de millones de
dólares debe blanquear un banco antes de que se considere la posibilidad
de cerrarlo?”.
El representante del Tesoro salió por la tangente afirmando que el expediente era demasiado complejo para emitir una opinión [6].
La senadora prosiguió, declarando que cuando un pequeño vendedor de
cocaína es atrapado se va a la cárcel para varios años, mientras que un
banquero que blanquea cientos de millones de dólares de la droga puede
volver tranquilamente a su casa sin temer nada de la Justicia.
Este
extracto de la audiencia está disponible en vídeo y vale la pena
visionarlo [7]. El vídeo, de 5 minutos de duración, se puede ver aquí: http://www.youtube.com/watch?v=fKvGXF7pZAc " ( Eric Toussain, Rebelión, 15/05/2014)
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