"Los crecientes problemas con la Justicia de numerosos mandatarios de
clubes de fútbol pone en entredicho la credibilidad del mayor
espectáculo de masas de España. Juan Bautista Soler, José María Del
Nido, Sandro Rosell, Augusto César Lendoiro o Agapito Iglesias
protagonizan los casos más recientes pero ya Jesús Gil y José María
Ruiz-Mateos acumularon un amplio historial delictivo en su día. Todo
ello, unido a la crítica situación económica del fútbol español, dibuja
un panorama desolador.
El mundo del fútbol está acaparando en
los últimos años demasiadas portadas que en nada tienen que ver con los
éxitos deportivos y sí con sus mandatarios enfangados en problemas
judiciales. El último caso ha sido el esperpento de la detención del expresidente del Valencia, Juan Bautista Soler, por intentar secuestrar a Vicente Soriano,
su sucesor en el cargo.
Pero la lista comienza a hacerse ya
interminable. Los que antes ocupaban los palcos de los estadios ahora se
sientan en los banquillos de los acusados.
Detenidos, imputados, condenados y encarcelados. Del Nido, Rosell, Núñez, Ruiz de Lopera, Lendoiro son las muestras más visibles de que el fútbol español huele cada vez peor.
Unos por cometer delitos ejerciendo sus cargos futbolísticos y otros
por sus problemas fuera de los estadios, todos han terminado por quedar
expuestos a la acción de una Justicia que cada día parece tener más
trabajo.(...)
Muchos de los males que padece el fútbol español en la actualidad
tienen su origen en la famosa Ley del Deporte de 1990, por la que se
creó la figura de la Sociedad Anónima Deportiva. Pese a que el propósito
era la de dotar de un mayor control y transparencia a las estructuras
del fútbol profesional, la realidad acabó siendo otra bien distinta. Se
obligó a los clubes con deudas a transformarse en SAD y se las
diferenció de los aparentemente saneados, que pudieron mantenerse como
clubes deportivos.
Entre ellos se encuentran los dos clubes más
poderosos de este país, Real Madrid y Barcelona. Así, lo que terminó
provocando la ley del 90 es que la gran mayoría de clubes de Primera
pasaran de ser propiedad de sus socios a quedar en manos de aquel que se hiciera con el mayor número de acciones,
como en una empresa cualquiera.
Eso propició la irrupción en el fútbol
de empresarios, sobre todo provenientes del ámbito de la construcción,
que tan solo buscaban notoriedad, poder y que en muchos casos
convirtieron a los clubes en refugios opacos de sus capitales.
Por
tanto, todo ello ha derivado en que se hayan apropiado del enorme
legado histórico y social de muchas instituciones deportivas personajes
poco o nada ejemplares. El resultado es que la mayoría de SAD ha
terminado en la ruina y han provocado un agujero económico en el fútbol
español de escándalo.
Creyéndose ajenos a la acción de la Justicia,
muchos dirigentes han gestionado de forma desleal e irregular los clubes
hasta hundirlos. Otros han invertido dinero de dudosa procedencia en el fútbol
para darle apariencia de legalidad y los que hay que aprovechándose de
la influencia conseguida gracias a él han delinquido fuera de los muros
de los estadios. Y ni qué decir que estos mandatarios corruptos se han
aprovechado de la connivencia y laxitud de las autoridades españolas. (...)
Otros históricos del fútbol español con serios problemas judiciales
son José María del Nido, Manuel Ruiz de Lopera, Augusto César Lendoiro o
Josep Lluís Núñez. El más flagrante es el caso del primero, que ingresó
en la cárcel el pasado 5 de marzo, meses después de ser condenado por el Supremo a siete años de prisión por delitos de prevaricación y malversación en el caso Minutas. El abogado y ya expresidente del Sevilla
cobró 2,7 millones de euros del Ayuntamiento de Marbella por servicios
jurídicos que nunca efectuó.
Su compinche fue Julián Muñoz. Del Nido
hizo lo imposible por evitar la cárcel e, incluso, contó con una carta
de apoyo de la mayoría de presidentes de Primera, del de la Federación y
el de Liga en la que solicitaban su indulto. Uno de sus antecesores en
el cargo, José María González de Caldas, fue detenido y juzgado por la
operación Malaya. Fue condenado a ocho meses de cárcel y 30.000 euros de
multa.
En el otro club de la ciudad hispalense, Manuel Ruiz de Lopera ha campado a sus anchas desde los años 90 en el Betis
y también fue de los que se aprovechó de la conversión de los clubes
en SAD para acabar siendo el accionista mayoritario del club
verdiblanco. Fue condenado en 2006 por delito contra la Hacienda
Pública, en su gestión al frente del Betis, le fueron impuestas dos
penas de siete meses y medio de cárcel, además del pago de una multa de
casi cinco millones de euros.
La juez Mercedes Alaya ha imputado a
Lopera un delito societario continuado y le acusa de haberse apropiado
indebidamente de 25 millones de euros del Betis. En 2010 anunció la
venta de su paquete de acciones a Luis Oliver, por unos 18 millones de
euros, aunque dicha venta no se llegaría a producir. El club sigue en
concurso de acreedores, intervenido judicialmente y administrado por
Francisco Estepa.
La perpetuidad de Lendorio y Núñez
A Coruña es sinónimo de Lendoiro,
otro de los mandatarios que ha tenido que dejar recientemente la
presidencia de un club por problemas judiciales. El Deportivo no había
conocido otro presidente desde 1988.
Este pasado enero le sucedió
Constantino Fernández Pico. Pese a comandar el histórico Superdépor de inicios de los 90, Lendoiro ha terminado por llevar al club a una situación financiera insostenible y fue imputado en 2009 por una supuesta falsificación de la firma del exauditor de las cuentas de la entidad para conseguir la licencia UEFA y poder disputar competiciones europeas.
Y
de Lendoiro a Núñez, que continúa envuelto en procesos con la Justicia y
que visto hace bien poco como el Supremo le rebajaba la condena por el
caso Hacienda de seis años de cárcel a dos. El mandatario que ocupara el
sillón presidencial del Barça durante 22 años formó parte de una trama corrupta que sobornaba a altos cargos de la Administración tributaria
para eludir pagos de impuestos.
Otros expresidentes ya fueron imputados
en su día. Joan Gaspart lo fue por una presunta apropiación indebida de
un seguro profesional de los pilotos de Spanair y Joan Laporta declaró
en su día como imputado por un delito de injurias.
El Barça actual, entre Neymar y la FIFA
No anda últimamente el Barça para bromas con las autoridades judiciales y futbolísticas. Sandro Rosell dimitió el pasado 23 de enero, un día después de que el juez Ruz admitiera a trámite una querella por supuesta apropiación indebida en la modalidad de distracción
por el fichaje del brasileño Neymar. La justicia sigue investigando si
el Barça pagó más de los 57 millones de euros oficialmente declarados e
incluso el Barça, como entidad jurídica, ha sido imputado.
El ya
exdirigente azulgrana también se tiene que enfrentar a una petición de
ocho años de cárcel que se ha hecho efectiva en Brasil. La última
bofetada se la ha dado la FIFA, al sancionar al club azulgrana
prohibiéndole fichar hasta el verano de 2015 por violar su normativa al
fichar a varios jugadores menores de 18 años
Una frase del ínclito Jesús Gil resumiría a la perfección las
intenciones de todas estas personas: "Compra un equipo de fútbol,
tendrás a la prensa cada domingo en tu casa". Precisamente, él
encabezada una de las familias, junta a la Ruiz-Mateos, que se
convirtieron en el paradigma corrupto al que nos referimos y que bien
podrían inspirar la versión española de la serie Los Soprano.
Tanto él como José María Ruiz-Mateos
controlaron durante años dos clubes como el Atlético de Madrid y el
Rayo Vallecano, acumularon numerosas condenas y pasaron varias épocas de
sus vidas entre rejas. (...)
Jesús Gil y Gil, fallecido en 2004, acumula uno de los historiales delictivos más largos de este país
tanto por sus fechorías en el Atlético de Madrid como desde la alcaldía
de Marbella. Pasó tres veces por la cárcel aunque tan solo pasó a la
sombra escasos días en todos los casos.
La primera vez fue en 1969
cuando fue condenado por el hundimiento de un comedor en la urbanización
de Los Ángeles de San Rafael del que era promotor y propietario.
Fallecieron 58 personas. Pasó año y medio en la cárcel y fue indultado
por Franco tras pagar 400 millones de pesetas. El periodo de mayor
esplendor de Gil llegaría al conjugar su presidencia del Atlético, desde
1987, con la alcaldía de Marbella, desde 1991.
Para empezar, junto a
Enrique Cerezo se apropió de la propiedad del club rojiblanco sin poner
un duro al hacerse con más de 236.000 acciones. En 2004, con Gil ya
fallecido, el Supremo les absolvió a ambos del delito de apropiación indebida por haber prescrito.
Sin embargo, el pasado mes de febrero el TS declaró nula la ampliación
de capital que en 2003, cuando el club estaba intervenido, realizaron
Gil y Cerezo al entender que existió fraude de ley.
Sí fue
condenado Gil junto a su hijo Miguel Ángel Gil Marín, actual máximo
accionista del club, a un año y medio de cárcel por un delito de estafa
al simular contratos a cuatro jugadores africanos y birlar al Atlético
16,2 millones de euros.
La pésima gestión de los Gil desembocó en que en
1999 la Audiencia decretara la intervención judicial del club para a
los pocos meses reponer en sus puestos a los antiguos mandatarios. En
2000 Jesús Gil fue de nuevo condenado a 28 años de inhabilitación y seis
meses de arresto por cuatro delitos de prevaricación al poner en las camisetas del Atlético publicidad de Marbella
y desviar 45 millones de pesetas del ayuntamiento andaluz al club.
Tan
solo durmió tres noches en prisión. Y su último encarcelamiento fue por
el caso Saqueo por el desvío de
26,7 millones de euros del Ayuntamiento de Marbella a empresas privadas
entre 1991 y 1995. Para remate, el actual director deportivo del club,
José Luis Pérez Caminero fue imputado por narcotráfico y blanqueo de
capitales.
Los líos judiciales de la extensa familia Ruiz-Mateos
arrancan en los años 80 con el holding Rumasa siguen extendiéndose
hasta nuestros días con implicaciones incluso en la causa de los ERE
falsos en Andalucía. Su cabeza visible, José María, atesora un historial
nada despreciable. Múltiples condenas, expropiaciones, esperpénticas
actuaciones en los juzgados, puñetazos a ministros, disfraces, partidos
políticos y un largo etcétera.
Ya en 1983 el Gobierno expropió a la
familia el holding de empresas Rumasa al entender que había eludido
millonarios pagos a Hacienda. José María Ruiz-Mateos pasó esos años
eludiendo sus citaciones judiciales e inmerso en pagos continuos de
fianzas para no pasar en la cárcel más tiempo del necesario. En 1991 se
convierte en propietario del Rayo Vallecano y llegó a ser eurodiputado.
La
mala gestión del club franjirrojo le llevó a ser intervenido
judicialmente y a terminar jugando en Segunda B. Hoy todavía, la
Justicia sigue pendiente de si los Ruiz Mateos siguen controlando el
Rayo y si el actual presidente Raúl Martín Presa ejerce de su
testaferro.
Sin embargo, en noviembre de 2013 un juzgado de lo Penal
tuvo que absolver a la familia de trece delitos contra Hacienda
por el impago del IVA y las retenciones del IRPF desde 1996 a 2002 por
parte del Rayo. Así, los Ruiz-Mateos se libraron de pagar 18,5 millones y
todo por la mala actuación de la Fiscalía y la Agencia Tributaria. En 2005, José María también es condenado a tres años
de cárcel por alzamiento de bienes al lucrarse de forma ilegal del
inmueble sede de Mundo Joven.
En 2007 ingresó en prisión y salió de ella
tres días después. Sus últimas fechorías tienen que ver con un nuevo
fraude en la emisión de pagarés de Nueva Rumasa y por una supuesta
estafa de 7,3 millones en la venta de un hotel en Mallorca. Por esta
causa fue detenido en 2012 y desde entonces no puede salir de España a
la espera de que se resuelva el caso. Mientras, cuatro de sus hijos
están imputados por la juez Mercedes Alaya.
Las votaciones de Calderón; las recalificaciones de Florentino
Sin
salir de la capital de España, los recientes presidentes del Real
Madrid también han tenido sus escarceos con la Justicia. Ramón Calderón
tuvo que responder por cuatro presuntos delitos, entre ellos el de
fraude en los votos en la Asamblea del club de 2008. Dimitió pero
todavía no ha sido condenado por ninguna causa judicial.
Muchos y variados fueron los delitos imputados a Lorenzo Sanz,
otro expresidente blanco. En octubre de 2013 fue absuelto pese a que la
Fiscalía pedía seis meses de cárcel por una supuesta estafa en la venta
de unos terrenos en San Fernando de Henares. Florentino Pérez es un
ejemplo perfecto de empresario de la construcción y presidente de fútbol
y lo que ello implica.
Todavía sigue coleando el pelotazo urbanístico que supuso la recalificación
de los terrenos de la antigua ciudad deportiva de La Castellana, la
construcción de las cuatro torres actuales y el dinero conseguido para
construir el actual complejo de Valdebebas. Todo se hizo con Alberto
Ruiz-Gallardón como alcalde.
Y también queda pendiente la conclusión de la Comisión Europea sobre la investigación abierta por las ayudas estatales recibidas.
Los últimos órdagos de Florentino son la remodelación del Santiago
Bernabéu y las condiciones leoninas que quiere imponer para acceder a la
presidencia del club blanco.
Otros históricos del fútbol español con serios problemas judiciales
son José María del Nido, Manuel Ruiz de Lopera, Augusto César Lendoiro o
Josep Lluís Núñez. El más flagrante es el caso del primero, que ingresó
en la cárcel el pasado 5 de marzo, meses después de ser condenado por el Supremo a siete años de prisión por delitos de prevaricación y malversación en el caso Minutas.
El abogado y ya expresidente del Sevilla
cobró 2,7 millones de euros del Ayuntamiento de Marbella por servicios
jurídicos que nunca efectuó. Su compinche fue Julián Muñoz. Del Nido
hizo lo imposible por evitar la cárcel e, incluso, contó con una carta
de apoyo de la mayoría de presidentes de Primera, del de la Federación y
el de Liga en la que solicitaban su indulto.
Uno de sus antecesores en
el cargo, José María González de Caldas, fue detenido y juzgado por la
operación Malaya. Fue condenado a ocho meses de cárcel y 30.000 euros de
multa.
En el otro club de la ciudad hispalense, Manuel Ruiz de Lopera ha campado a sus anchas desde los años 90 en el Betis
y también fue de los que se aprovechó de la conversión de los clubes
en SAD para acabar siendo el accionista mayoritario del club
verdiblanco. Fue condenado en 2006 por delito contra la Hacienda
Pública, en su gestión al frente del Betis, le fueron impuestas dos
penas de siete meses y medio de cárcel, además del pago de una multa de
casi cinco millones de euros.
La juez Mercedes Alaya ha imputado a
Lopera un delito societario continuado y le acusa de haberse apropiado
indebidamente de 25 millones de euros del Betis. En 2010 anunció la
venta de su paquete de acciones a Luis Oliver, por unos 18 millones de
euros, aunque dicha venta no se llegaría a producir. El club sigue en
concurso de acreedores, intervenido judicialmente y administrado por
Francisco Estepa.
La perpetuidad de Lendorio y Núñez
A Coruña es sinónimo de Lendoiro,
otro de los mandatarios que ha tenido que dejar recientemente la
presidencia de un club por problemas judiciales. El Deportivo no había
conocido otro presidente desde 1988. Este pasado enero le sucedió
Constantino Fernández Pico.
Pese a comandar el histórico Superdépor de inicios de los 90, Lendoiro ha terminado por llevar al club a una situación financiera insostenible y fue imputado en 2009 por una supuesta falsificación de la firma del exauditor de las cuentas de la entidad para conseguir la licencia UEFA y poder disputar competiciones europeas.
Y
de Lendoiro a Núñez, que continúa envuelto en procesos con la Justicia y
que visto hace bien poco como el Supremo le rebajaba la condena por el
caso Hacienda de seis años de cárcel a dos. El mandatario que ocupara el
sillón presidencial del Barça durante 22 años formó parte de una trama corrupta que sobornaba a altos cargos de la Administración tributaria
para eludir pagos de impuestos.
Otros expresidentes ya fueron imputados
en su día. Joan Gaspart lo fue por una presunta apropiación indebida de
un seguro profesional de los pilotos de Spanair y Joan Laporta declaró
en su día como imputado por un delito de injurias.
El Barça actual, entre Neymar y la FIFA
No anda últimamente el Barça para bromas con las autoridades judiciales y futbolísticas. Sandro Rosell dimitió el pasado 23 de enero, un día después de que el juez Ruz admitiera a trámite una querella por supuesta apropiación indebida en la modalidad de distracción
por el fichaje del brasileño Neymar.
La justicia sigue investigando si
el Barça pagó más de los 57 millones de euros oficialmente declarados e
incluso el Barça, como entidad jurídica, ha sido imputado. El ya
exdirigente azulgrana también se tiene que enfrentar a una petición de
ocho años de cárcel que se ha hecho efectiva en Brasil.
La última
bofetada se la ha dado la FIFA, al sancionar al club azulgrana
prohibiéndole fichar hasta el verano de 2015 por violar su normativa al
fichar a varios jugadores menores de 18 años
Lejos de las grandes ciudades la geografía española está plagada de
directivos que han pasado de los palcos a los banquillos de los acusados
y que debido a sus nefastas gestiones han terminado hundiendo la
trayectoria deportiva de sus equipos. En el Racing, por ejemplo, llevan
juntándose todo tipo de circunstancias desde la aparición del inefable Dimitri Piterman.
Hace diez años se hizo con el control del club y termino compareciendo
ante un juez imputado por la querella interpuesta por unos aficionados
ante los reiterados insultos y sus particulares modos de gestionar el
equipo, entre los que se encontraban atribuirse facultades para también
entrenar al equipo. Sin embargo, sus problemas con la justicia no
acabaron ahí.
Tras dejar el Racing, se hizo cargo del Alavés entre 2004 y
2007 y por su gestión fue condenado a quince años de inhabilitación y a
indemnizar al club con 6,8 millones de euros, tras ser considerado
culpable de llevar al equipo a un concurso de acreedores.
En El
Sardinero volvió a aterrizar otro aprovechado del fútbol como el
inversor indio Ali Syed. Compró por 15 millones el paquete de acciones
que le daban control sobre el club, solo pagó medio millón y casi ni
pisó el estadio. Anda en busca y captura por la Interpol y colocó como
hombre de paja a Ángel Lavín, ‘Harry'.
Con él, el Racing se hundió hasta
Segunda B, entró en concurso de acreedores y los trabajadores
acumularon meses sin cobrar sus nóminas. El pasado mes de enero, con
motivo de la huelga de sus jugadores en el partido copero ante la Real Sociedad, se logró un cambio de rumbo al elegir como nuevo presidente al exjugador Juan Antonio Sañudo.
En Zaragoza, Agapito Iglesias es otro de los mandatarios que no predica con el ejemplo. El todavía propietario del club ha declarado como imputado por un presunto desvío de 50 millones de euros
en las obras de construcción de la plataforma logística Plaza de
Zaragoza y no se le ha ocurrido otra cosa que incluir su paquete
accionarial en el club aragonés como parte de la fianza solidaria de
18,8 millones de euros que le ha impuesto el juez. Por su parte, el
expresidente del Athletic de Bilbao Fernando García Macua también fue
imputado por un delito fiscal.
El presidente Alfonso García se enfrentó a
una petición de un año de cárcel por la construcción de viviendas sin
licencia de obras, como promotor de Almanzora Country Club. Y el del
Espanyol, Daniel Sánchez Llibre fue imputado por un presunto delito de
fraude fiscal y blanqueo de capitales relacionados con el traspaso de
Sergio González al Deportivo. Y la lista de agravios a la legalidad se
extiende también a clubes como el Mallorca, el Hércules, el Murcia, el
Granada...
Por último, merece mención especial el presidente de la Federación Española, Ángel María Villar.
Otro de los aferrados al poder desde hace ni más ni menos que 26 años y
cuya labor ha sido seguida de cerca por los tribunales. En 2010, el
máximo mandatario del fútbol español era absuelto de delitos de
apropiación indebida, administración desleal y falsedad documental.
También ha sido objeto de investigación el posible uso de fondos de la
Federación para costear viajes privados de sus directivos. Y la Justicia
sigue con el ojo puesto en los terrenos que cedió de una manera muy
poco transparente el ayuntamiento de Las Rozas a la Federación para
construir la Ciudad del Fútbol." (Público, 12/04/2014)
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