"Caja Madrid también ha hecho llorar a los ricos. Y mucho. Los clientes
más adinerados de la entidad han sufrido, como el resto, las malas
prácticas generalizadas de la entidad a la hora de asesorar e informar a
sus usuarios.
Así lo demuestra un documento interno –al que ha tenido
acceso eldiario.es– que la caja se apresuró a realizar en 2009 para
hacer frente al tsunami de denuncias que esperaba
recibir a raíz de la quiebra de Lehman Brothers y de un banco islandés.
En esas dos entidades metieron, hasta el fondo, a los que supuestamente
eran sus clientes VIP, con reclamaciones que aún siguen abiertas en los
tribunales.
La gestión que Miguel Blesa hacía de Caja Madrid era presidencialista.
Por sus manos pasaba todo tipo de documentos y decisiones. Desde el
presupuesto para cambiar los secamanos de los aseos hasta los parámetros
de riesgo con los que se concedían los créditos. Y también, claro, la
información detallada de los errores que se cometían en el banco.(...)
Ante la cascada de denuncias, el banco elaboró una
auditoría interna bajo el título "Resumen aspectos críticos relaciones
con clientes" que le remite a Blesa Carlos María Martínez, responsable
del holding de entidades participadas por Caja Madrid, y al que ha tenido acceso eldiario.es gracias a una fuente anónima que nos ha sido derivada por colaboradores de la Comisión Anticorrupción de la Red Ciudadana Partido X.
La radiografía muestra una situación desastrosa. El banco suspende en
prácticamente todas las materias que inspecciona la auditoría. Se
analiza si los clientes han pasado un test de idoneidad, si se facilita
la información precontractual adecuada o si después de iniciar la
relación se cuida y vigila la inversión. La caja muestra graves fallos
de omisión con los que deberían ser, precisamente, sus clientes premium.
En números, la propia entidad cuantifica que el 68% de los clientes que
tenían "bonos estructurados" –esto es, complejos productos
financieros– no tenían experiencia cuando los contrataron.
Al menos en
uno de cada dos clientes que habían invertido en Lehman Brothers se
había incumplido su horizonte de inversión al ser, a muy largo plazo,
como una suerte de preferentes. En 2008, el 20% de todos los clientes
del banco no habían firmado el test de idoneidad, un requisito previo
para poder siquiera prestar el servicio.
A finales
de 2008, cuando las bolsas mundiales estallaron por los aires, casi una
cuarta parte de los clientes de la entidad tenían inversiones en
productos que excedían su deseo de arriesgar, según el documento. Por
entonces, Altae, que estaba en plena expansión, había captado ya
alrededor de 5.000 ahorradores.
En cuanto a la
entrega de información "precontractual genérica y específica" de los
productos que el cliente estaba a punto de contratar, la propia caja
concluye que prácticamente nadie recibía estos datos. La propia entidad
divide su análisis en un antes y un después de que entrara una normativa
de protección al inversor en diciembre de 2007 conocida como MiFID
.
La MiFID obligó a las firmas de inversión a ser mucho más transparentes
con sus inversiones y, sobre todo, a asegurarse de que el cliente
entendía los riesgos que asumía. En su trámite parlamentario, se fijó
precisamente que las deudas titulizadas fueran consideradas como un
instrumento financiero "complejo", dado su alto peligro para el
inversor, debido a la gran preocupación causada por la primera oleada de
la crisis de hipotecas basura en EEUU.
La auditoría demuestra que no hay "evidencia de la recepción de
información [contractual]" antes de que entrara en vigor la normativa.
Pero es que después de su introducción el banco reconoce que la mitad de
los clientes seguían sin haber sido informados debidamente.
Este
análisis interno y confidencial del banco choca de lleno con la postura
oficial que Caja Madrid sostuvo ante las primeras denuncias de
inversores en 2009. La caja madrileña tuvo el dudoso honor de ser la primera entidad condenada en España por haber inducido a clientes a invertir en deuda de Lehman Brothers.
Esa primera sentencia vio la luz en septiembre de 2009, al mismo tiempo
que se estaba ultimando el informe de auditoría que está fechado en ese
mes. Caja Madrid sostuvo que había informado puntualmente a los
clientes de los riesgos que se corrían. La jueza falló que la entidad
devolviera los 114.000 euros.
Aseguró en la sentencia que "la protección
no puede limitarse como pretende la demandada al momento de adquisición
de los bonos, sino que se prolonga a lo largo de toda la vida del
contrato de asesoramiento financiero".
Otras
sentencias contra Bankia, que ha asumido el patrimonio gestionado y, por
ende, los conflictos de Altae, están aún a la espera de su resolución.
Es el caso de una demanda acumulada que el abogado Fernando Zunzunegui
tiene presentada por varios clientes de Altae que perdieron sus ahorros.
La demanda se encuentra en la Audiencia Provincial de Madrid.
Tras conocer el contenido de la auditoría que publicamos, el abogado
valora presentarla en las próximas semanas como otra prueba más. "Es un
documento muy importante porque supone el reconocimiento del tipo de
relaciones que tenían con los clientes", explica Zunzunegui. Un informe
similar pesó a favor del cliente en un caso parecido de inversión en bonos de Lehman Brothers contra Bankinter.
Juan Moreno Yagüe, del 15MpaRato,
también tiene mucho interés en estudiar cómo utilizar esta
documentación en la querella interpuesta en la Audiencia Nacional y
donde sufrieron esta misma semana un revés al entender que Bankia no
tiene "responsabilidad penal" en las preferentes.
Otro de los abogados más activos en denuncias por clientes afectados por
preferentes, Jordi Ruiz, de Jausas Legal, califica el documento de
"auténtica bomba", ya que deja claras las malas prácticas que realizaba
la entidad. "Los clientes no recibían información generalizada, y eso es
muy importante a la hora de defender que los clientes no conocían los
riesgos que asumían", puntualiza. Jausas fue el primer despacho en poner
una querella criminal a Miguel Blesa como máximo responsable de la emisión de preferentes.
Este documento podría ser aportado a la causa y, además, podría ser de
utilidad a los clientes de preferentes en las causas pendientes en los
juzgados.
Con todo, muchos de los
clientes afectados por la colocación de preferentes eran, precisamente,
clientes de Altae. Así, en los correos que se cruza el director
financiero con Blesa subraya que los clientes de Altae son "perfectos"
para invertir en preferentes. El 22 de mayo la inversión media del
cliente de Altae en este tipo de productos era de 140.000 euros. (...)
En definitiva, la asesoría que se le daba a los clientes de la entidad
no cumplía la ley en aquel momento ni en atención ni en transparencia ni
en calidad. " (eldiario.es, 11/12/2013)
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