"(...) Con este nuevo rifirrafe entre el poder político y la inspección de
Hacienda cobra fuerza la teoría que detrás están los grandes despachos
de fiscalistas que en su publicidad presumen de tener muchos inspectores
de carrera que dejan la Administración para enseñar y guiar a los
grandes contribuyentes a soslayar, de forma aparentemente legal, sus
obligaciones tributarias.
Este mecanismo de puertas giratorias, con
tanta impunidad y falta de ética, es lo que está terminando con la
paciencia de los contribuyentes y podría ser el germen de una gran
revuelta fiscal, si se sabe canalizar con inteligencia. Si fuésemos un
país transparente, se dejaría ver la huella legislativa que van dejando
estos grandes despachos fiscalistas y en manos de quién se deja esta
negociación.
Los resultados serían demoledores para la credibilidad de
las autoridades políticas, no solo las del Gobierno actual, sino las del
anterior y otros también. (...)" (Alejandro Inurrieta, Vox Pópuli, 08/12/2013)
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