29.12.13

Del Nido: “Delincuentes vulgares que se presentan como mártires y que luego, que es lo peor de todo, encuentran el calor de un cierto público

 Del Nido y Julián Muñoz: amigos y saqueadores de Marbella

"En esta España de delincuentes apoyados por políticos sin escrúpulos campan a sus anchas los dirigentes deportivos acusados primero y condenados después por sus delitos: José María del Nido (Sevilla C.F.), uno de los principales protagonistas del saqueo de Marbella, no es el único.

 Ahora incluso con desfachatez pide el indulto y vaticina que no entrará en la cárcel, pero en lista de espera se encuentran otros como Sandro Rosell (Barcelona C.F.) por el fichaje de Neymar, Florentino Pérez (Real Madrid) por su supersónica deuda y utilización del club en beneficio de sus empresas, Gil Marín (At. Madrid), hijo del clan de Jesús Gil, ex alcalde de Marbella o Ruiz Mateos

La lista es tan larga que ha llevado al periodista Javier Caraballo a exclamar: “En España, los corruptos salen en procesión como si fueran víctimas”.

 De 29 clubes europeos en concurso de acreedores, 28 son españoles porque sus directivos esquilmaron hasta el último céntimo en equipos tan poderosos como el Valencia C.F, el Real Zaragoza, el Málaga C.F, Racing de Santander o el Deportivo de la Coruña o rentables como el Rayo Vallecano, Betis, Mallorca, Sporting de Gijón. 

Y representando a todos ellos, el “capo de capi”, Angel María Villar, que cumplirá con grandes festejos 25 años en el sillón presidencial, sin amago de abandonar tan preciada bicoca, sostenido con el voto de los dirigentes corruptos españoles como Del Nido y por unos dirigentes mundiales que hasta se han atrevido a adulterar el sorteo del Mundial de Fútbol ante las mismísimos ojos de millones de espectadores.  (...)

 El deporte rey, que gracias a futbolistas, árbitros y entrenadores aún conserva algo su pureza en la base amateur con niños, adolescentes y aficionados, lo han convertido en una ciénaga tan maloliente como la política profesional, según el economista Gay de Liébana.

 Según sus cálculos, los clubes han perdido un total de 1.298 millones de euros entre las temporadas 2006/07 y la 2010/11. “El fútbol se creía inmunizado y vacunado ante la crisis económica, pero ésta le ha acabado sacudiendo”, señala Gay de Liébana. “Me llamaban loco y lerdo, y ahora me llaman para que les explique todo”, recuerda.

 La deuda de los equipos de Primera División en el fútbol ronda los 3.600 millones de euros, entre ellos, los 690 que le deben a Hacienda. El economista experto en fútbol Josep María Gay de Liébana considera que los concursos de acreedores constituyen una falsa salida adoptada por los clubes para evitar pagar sus deudas a las administraciones públicas. 

Gay de Liébana denuncia que la Federación, la Liga de Fútbol y el Consejo Superior de Deportes (CSD) –lo que él define como “establishment político”– han “mirado para otro lado” mientras “la bola de deuda se iba haciendo cada vez más grande”. 

 “Ha predominado el resultado deportivo, las ansias de ser, y ahora vemos consecuencias”, afirma. Y añade: “Si el fútbol español ha llegado a esta situación ha sido porque el establishment futbolístico lo ha permitido, los de arriba siempre ganan y la Liga no hace absolutamente nada. Pero lo mismo puede decirse del establishment político”.

 El periodista Javier Caraballo ha puesto como ejemplo el caso de José María del Nido, donde política y deporte rey mezclan sus intereses más sucios, pero nunca para mejorar el espectáculo o el negocio sino para robar:

 “En España, los corruptos salen en procesión. Sucede con frecuencia: tras un largo proceso judicial, los tribunales condenan a un tipo por un desfalco de arcas públicas o por un pelotazo amasado con suculentas influencias, y como son gente de escasa moral y vergüenza desconocida, encima de todo comparecen públicamente para sacar pecho, henchidos de un extraño orgullo de delincuentes”. 

“Delincuentes vulgares que se presentan como mártires y que luego, que es lo peor de todo, encuentran el calor de un cierto público. Que nada parece más elástico en España que el reproche moral de esos delincuentes; la extraña exculpación social de determinados líderes por sucias y oscuras que sean sus condenas. Los sacan en procesión como si fueran víctimas”.

 Tras la condena de Del Nido por corrupción, quien ha salido en su defensa ha sido el PP: “Hasta el alcalde de la capital andaluza, Juan Ignacio Zoido, dijo compungido que la condena del corrupto era “una mala noticia para la ciudad”. ¿Cómo? ¿Para la ciudad? ¿Cómo puede un alcalde lamentar la condena de un tipo que ha contribuido a saquear un Ayuntamiento? En fin… La verdad es que el final de José María del Nido no podía ser otro que este, la cárcel”.

“En consecuencia, quién mejor que ese Del Nido, ayuno de principios y de escrúpulos democráticos, para aterrizar en un Ayuntamiento diseñado desde arriba hasta abajo para delinquir, para saquear las arcas públicas”, señala Caraballo.

Pero ¿cómo robaban? ¿Cómo robaba Del Nido, por ejemplo? El periodista tiene la respuesta: “el alcalde, Julián Muñoz, que las presidía todas, reúne en una sola tarde a los veinte consejos de administración de todas las sociedades; es decir, se reúne él mismo con un par de personas más que estaban en todos los consejos, para darle poderes a Del Nido en el asesoramiento ante el Supremo.

 En poco más de un cuarto de hora, se despachaba cada consejo de administración. Cumplido el trámite, Del Nido emitió una veintena de facturas todas por el mismo importe: 3.458,57 euros. Todas igual, incluso para las de empresas que ya no tenían actividad. De una tacada, Del Nido se embolsó más de 73.000 euros”.

Y en la sentencia queda claro que no hizo otra cosa que poner la mano: “No se ha acreditado más contacto con el equipo fiscalizador que los simples saludos protocolarios”. Como esas facturas ficticias, Del Nido emitió hasta ochenta, que son las que figuran en la verdad judicial. 

Lo que nunca sabremos ya es si el desfalco fue mayor incluso de esas cantidades que, a fin de cuentas, se declaraban públicamente. En el Ayuntamiento en el que circulaban las bolsas de basura llenas de billetes de quinientos, ya podemos imaginar que las alcantarillas eran otras”. (...)"         (Un espía en el Congreso, 10/12/2013)

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