"A Daniel Osàcar,
como a otros nacionalistas de la generación de Jordi Pujol, le gusta
presumir de haber prestado “múltiples servicios a Cataluña”. Queriendo o
no, este hombre de porte tranquilo, de 78 años y que siempre ha vivido
su militancia en Convergència Democràtica (CDC) desde la discreción, ha
hecho esta semana su último servicio a la causa nacionalista.
El presidente catalán, Artur Mas, acorralado por el caso del Palau de la Música,
de presunta financiación irregular del partido, le señaló discreta pero
claramente como único responsable de los hechos si algún día la
justicia consigue demostrarlos.
No en vano Osàcar era el tesorero de CDC
entre 2005 y 2010. Y, según Mas, “tenía tanto poder que hasta podía
vender patrimonio sin consultarnos”. Así intentó quitarse de encima el
presidente catalán cualquier culpa futura.
El presidente compareció el pasado miércoles en el Parlamento catalán
para dar cuenta, finalmente, del escándalo que persigue a su partido
desde que los Mossos d’Esquadra irrumpieran en 2009 en el Palau de la
Música para acabar con el expolio al que lo sometieron su presidente,
Fèlix Millet, y su mano derecha, Jordi Montull.
La causa judicial se
ramificó en tres piezas: la construcción de un hotel de lujo junto al
Palau, el expolio de 35 millones de euros de la institución y el
presunto pago de comisiones a CDC. Mas vive pendiente de la última causa,
que se juzgará en la misma vista que el saqueo. El juez y el fiscal
creen que hay indicios claros de que CDC se financió de forma irregular a
través del Palau.
La constructora Ferrovial pagó, según el magistrado,
5,1 millones en comisiones ilegales al partido a cambio de la
adjudicación de obra pública durante el último Gobierno de Jordi Pujol,
en el que Artur Mas llegó a ser primer consejero. Ferrovial camufló como
donaciones al Palau lo que, en realidad, eran pagos ilícitos para
beneficiarse en las adjudicaciones.
Así, la constructora pagaba el 4%
del importe de la obra en cuestión: el 2,5% para CDC, y el 1,5% restante
se lo repartían los saqueadores Millet y Montull. La sede de CDC está
embargada para avalar la fianza que el juez impuso a CDC por 3,3
millones. (...)
El presidente encontró la salida en el extesorero al asegurar que se
fía a pies juntillas de Osàcar cuando este niega cualquier indicio de
financiación irregular. Pero, a diferencia de otras ocasiones, Mas
añadió dos coletillas significativas: “Yo no estaba al corriente de las
finanzas de Convergència” y “el señor Osàcar tenía todos los poderes”.
O
sea, que erigió un muro de contención personificado en el extesorero
para evitar que la marea le alcance.
Osàcar no ha respondido. Vive retirado de la vida de partido desde que en 2010 dimitió de ese cargo.(...)
Osàcar es, junto a Jaume Camps, el único exdirigente de CDC imputado.
Como ninguno está ahora en la ejecutiva, Mas presumió de que la causa
judicial no salpica a ningún dirigente del partido, lo que le valió para
asegurar que no puede dirimir responsabilidades políticas.
Como hicieron los dirigentes del PP a medida que el cerco sobre Luis Bárcenas
se iba estrechando, Mas también ha ido marcando distancias, y vino a
decir que ya no pone la mano en el fuego por Osàcar.
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