La Xunta teme, además, que el tráfico prohibido de medicamentos puesto en marcha por Dorribo "pueda poner en evidencia debilidades del sistema farmacéutico" y pide al Consejo que colabore. (...)
Los representantes de estos colectivos, que aseguraron no conocer casos de colegiados que se hubiesen prestado a este comercio ilegal de medicinas, fueron consultados poco después de que saltase la noticia de la detención de Dorribo, el director y un subdirector del Igape y otras 12 personas.
Según las explicaciones que dio Jorge Dorribo a un farmacéutico que se ha puesto en comunicación con este periódico para contar su caso, Nupel se había llegado a asociar con 40 titulares de boticas de España y una veintena de Portugal.
El gerente de la empresa de O Ceao llevaba varios años ofreciéndoles diversas fórmulas de asociación a oficinas de farmacia de toda la península. Supuestamente, obtendría a través de mayoristas información acerca de la solvencia de los titulares de los negocios y tantearía, en persona, a aquellos que se hallasen en peor situación económica.
Según el testimonio de este farmacéutico que tiene una cuenta de participación con Nupel, Dorribo ofrecería a los boticarios saldar sus cuentas pendientes (pagando las deudas de los costosísimos traspasos), y a aquellos que estaban empezando y no podían pagarse un local también les financiaría las obras, "que realizaba una constructora asociada" al empresario lucense.
Tras este importante desembolso, las farmacias quedaban vinculadas a Nupel, que en adelante asumía la gestión, llevaba las cuentas y repartía los beneficios. El gerente de la firma lucense "controlaba de cerca el negocio", explica el farmacéutico. "No paraba de viajar" por sus farmacias de toda España.
La de Jorge Dorribo era, según este testimonio, una maniobra nunca vista antes en el país: los titulares de las farmacias se asociaban a un laboratorio farmacéutico (Nupel) y se libraban de sus deudas a cambio de contraer una serie de compromisos.
Nupel decidía qué medicamentos había que adquirir de los laboratorios y en qué cantidades. Eran remesas que superaban con creces la capacidad de venta de las farmacias porque, en realidad, no era ese su fin. Nupel se encargaba de recoger esos fármacos, al igual que las medicinas ya caducadas. La Xunta reconocía hace una semana desconocer aún el destino final de estos medicamentos. (...)
"Montar farmacias es difícil. Muchas, por las deudas y la crisis, están ahora al borde de la quiebra y Dorribo sabía dónde estaban". El farmacéutico que ha decidido contar su caso explica que Dorribo se aprovechaba de las dificultades de las boticas para convencer a sus titulares de colaborar en este negocio irregular."Ahora nadie quiere hablar, reconocer que cometieron faltas deontológicas, pero sé que Nupel tenía al menos farmacias en Barcelona, el Pirineo, San Sebastián, Valencia y Santiago", asegura. (...)
Según explica, Dorribo asumió todo el montante del traspaso que él aún no había abonado y se comprometió a pagarle un sueldo de 2.000 euros al mes (aunque pronto dejó de pagar). A final de año, el titular del negocio recibiría el 12% de los beneficios.
Nupel llevaría toda la gestión ("a los farmacéuticos nos decía que nos dedicásemos a vender, que no sabíamos gestionar"), se quedaría con el 88% de los beneficios y recogería puntualmente esas partidas sobredimensionadas de productos de otras marcas, así como los fármacos pasados de fecha.
Esto, pese a que las farmacias están obligadas a devolver a cada proveedor lo que no venden (también lo caducado).
Las farmacias obtienen "precios muy ventajosos de los mayoristas", descuentos de hasta el 50%, y eso era lo que buscaba Dorribo. Por orden suya, los farmacéuticos asociados hacían encargos "por valor de 10.000 o incluso 80.000 euros". Muchas de estas facturas siguen, supuestamente, pendientes de pago." (El País, Galicia, 18/06/2011, p. 2)
2 comentarios:
Gracias por publicar, la información es muy interesante.
Que información tan valiosa gracias por informarnos.
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