Tras invitar a dimitir al ministro de Desarrollo Económico, Claudio Scajola, acusado de recibir 900.000 euros de la red corrupta para pagar más de la mitad de un piso con vistas al Coliseo, Berlusconi prometió ayer a sus electores: "Todo el que haya robado será despedido".
De confirmarse las sospechas, no será fácil sustituir a tanta gente. Los medios han publicado esta semana una lista de supuestos beneficiarios de la banda que reúne unos 400 nombres e instituciones públicas para los que ha trabajado el constructor romano Diego Anemone, puesto en libertad esta semana tras pasar tres meses en prisión provisional y considerado el cabecilla de la red junto a Angelo Balducci, ex responsable de Obras Públicas del Gobierno y gentiluomo (caballero) de su Santidad, todavía encarcelado.
En la lista, confiscada no se sabe bien por quién en el ordenador del constructor, figura una buena parte del establishment berlusconiano vinculado a la seguridad, la inteligencia, la religión y el espectáculo. Están los ex ministros Scajola y Lunardi, parlamentarios y secretarios de Estado como Guido Bertolaso, todavía jefe de la Protección Civil; altos prelados y sacerdotes; jefes y agentes de los servicios secretos, la Policía de Finanzas y los Carabineros; altos cargos de la magistratura y de la RAI, actores, actrices, directores de cine... Sin faltar secretarias, madres, cuñados y demás familia de los anteriores; la sede de Forza Italia y los dos palacios donde Berlusconi ejerce su cargo: Chigi y Grazioli.
Con los diarios a la caza de una segunda lista "aun más VIP", el Gobierno intentó responder ayer al clima de creciente descrédito y lo hizo sin recurrir al habitual ataque a las "togas rojas" y a las filtraciones. Como reclamó el disidente Gianfranco Fini, el Ejecutivo anunció de nuevo la rápida aprobación de una ley anticorrupción varada hace semanas en el Parlamento. El ministro de Justicia, Angelino Alfano, aseguró que la norma endurecerá las penas a los altos funcionarios y dotará de mayor transparencia a la Administración pública.
"Pero no estamos ante una nueva Tangentópolis", corrigió Alfano. Coincide con él el politólogo Giovanni Sartori: "Esto es bastante peor que Tangentópolis. Entonces todos cobraban comisiones para financiar a los partidos. Ahora estamos ante un sistema diseñado desde arriba para enriquecerse aprovechando el ambiente de impunidad general".
El propio diario Libero (derecha) ha afirmado que quienes han rebautizado al partido del Gobierno, el Pueblo de la Libertad, como la Inmobiliaria de la Libertad, no van desencaminados. Los ministros y viceministros del Gobierno poseen un total de 346 inmuebles; de media, seis pisos y fincas cada uno." (El País, ed. Galicia, internacional, 15/05/2010, p. 04)
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