"Rafael Blasco ha sido miembro de todos los gobiernos de la Comunidad
Valenciana desde hace 30 años. Ninguno de ellos le ha derribado.
El
ahora condenado a 8 años de cárcel y a 20 de inhabilitación política por
desviar fondos de ONGs en Nicaragua a sus propios bolsillos ha caído
gracias a la actuación de tres funcionarios que se negaron a avalar con
sus firmas el saqueo de las arcas públicas.
Se llaman Carmen
Dolz, Directora General de Cooperación al Desarrollo y Solidaridad,
Sergio Aguado, Jefe de Área de Cooperación al Desarrollo y Solidaridad y
Teresa Clemente, Jefa del Servicio de Gestión que se negaron a firmar el saqueo del dinero público que sus superiores les pusieron sobre la mesa.
Los tres fueron presionados para que dieran dinero público a las ONGs
desde las que Blasco desviaba fondos. Los tres se negaron y –según
relata la sentencia—fueron convocados por Blasco “presionándolos para
que modificaran sus conclusiones, sosteniendo que él era el máximo
intérprete de las bases y que confiaran en su palabra de la misma manera
que él había confiado en ellos, pese a que no se tenía buen concepto de
su trabajo”.
La sentencia continúa diciendo que “como no variaran de
opinión los mandó a un despacho a recapacitar, y tras unos momentos
fueron convocados nuevamente y al enterarse de que no variaban su
decisión, el Sr. Blasco visiblemente enfadado, les dijo que si siempre
habían sido tan rigurosos, que lo iban a comprobar personalmente,
pidiendo a continuación que le subieran a su despacho todos los
expedientes con tal objeto”. Al volver de vacaciones en septiembre, los
tres fueron cesados.
Son esos ciudadanos anónimos los que con su resistencia y su denuncia
han limpiado del lodazal de la corrupción un terreno que los
responsables políticos no han querido o sabido limpiar desde arriba. Rafael Blasco fue primero miembro de un gobierno del PSOE con Joan Lerma
que le destituyó por sobornar a funcionarios para que recalificaran
terrenos en 1989 aunque un tribunal anuló las grabaciones que le
incriminaban.
El PP de Eduardo Zaplana le acogió y le
devolvió al urbanismo convirtiéndolo en subsecretario de Planificación
en la Presidencia de la Generalitat en 1999. Blasco se afilió al PP y
traicionó después a Zaplana para hacer negocios bajo la presidencia de Camps como Conseller de Territorio y Vivienda entre 2003 y 2006. A día de hoy, sigue siendo diputado como parte del grupo no adscritos. Ninguno de los grupos políticos se ha cobrado su cabeza pese a que todos sabían quién era y a qué jugaba Blasco.
El caso Blasco es un ejemplo de un sistema podrido incapaz de hacer
la purga interna que necesita. Pero el caso Blasco es también un ejemplo
de cómo los ciudadanos pueden desde su esfera de responsabilidad
personal terminar con la corrupción institucional y como la obligación
de transparencia y honradez no empieza con los políticos corruptos pero
sí puede terminar con ellos. " (Javier Ruiz, Vox Populi, 29/05/2014)
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