"La obra del trazado ferroviario de Alta Velocidad entre Madrid y Barcelona
(621 kilómetros) salió a concurso con un presupuesto de 7.550 millones
de euros y se adjudicó por 6.822 millones (con una baja del 9%), pero
acabó costando 8.996 millones (un 31% más).
Entre la adjudicación de esa línea ferroviaria de alta velocidad y la
ejecución de los trabajos pasaron siete años plagados de incidencias en
las obras y de cientos de modificados que, previamente asumidos por los
técnicos de Adif (el organismo público dependiente de Fomento), fueron
elevando el presupuesto muy por encima del precio inicial fijado en el
concurso.
El Tribunal de Cuentas auditó siete años (2002-2009) de contratos en
esta obra, el trazado de alta velocidad de presupuesto más alto
ejecutado hasta entonces en España. La fiscalización, finalizada en
abril pasado, no afectó al total de la contratación, sino a una parte en
la que descubrió que si bien la adjudicación se cerró por un 8,8% menos
del precio de licitación, la ejecución incrementó el coste final en un
43,2% respecto al gasto comprometido.
“Todos los contratos”, señala el informe del Tribunal de Cuentas,
“fueron iniciados por razones de urgencia con la finalidad de que se
pudiera cumplir el programa de actuaciones con la autorización del
presidente del Adif, haciendo un uso abusivo de la competencia que el
estatuto de ese organismo atribuía a su máximo responsable”.
Esas
decisiones sobre la contratación de las obras estaban reservadas al
consejo de administración de Adif y la “urgencia” que se alegó para que
que fuera el presidente quien autorizara los contratos “no se ha podido
apreciar, ya que todos ellos fueron tramitados por el procedimiento
abreviado de concurso abierto, sin reducción de plazos”, según el
Tribunal de Cuentas.
Los auditores públicos señalan que durante la ejecución de los
trabajos en los 356 contratos de obra principal analizados “se
formalizaron 69 modificaciones de contratos”, donde se incrementó el
precio por el que fueron adjudicados los trabajos. Así, una de cada
cinco obras adjudicadas cambió de precio durante su ejecución, elevando
el presupuesto por el que se adjudicó.
Entre las 69 modificaciones detectadas por el Tribunal de Cuentas,
los 14 contratos de obras complementarias y los ocho de obras de
emergencia, “junto a las revisiones de precios y las adjudicaciones
adicionales, elevaron el coste total de las obras inicialmente
contratadas a 3.035 millones de euros, lo que supuso un incremento del
49,6%” en los contratos analizados por el Tribunal de Cuentas, una parte
importante del total.
Los auditores públicos concluyen que “el ahorro inicial del 9,2% en
el precio de licitación de los contratos se transformó finalmente en un
sobrecoste del 31% inicialmente previsto”. Además del sobrecoste, las
obras no se terminaron en el plazo previsto, con un incremento medio de
13,5 meses de los plazos de ejecución de los contratos.
El Tribunal de Cuentas resalta un contrato modificado en el tramo
Hospitalet-La Torrassa, en el que se incrementó el precio de
adjudicación un 221,6%. En ese contrato, Adif consiguió endosar la
responsabilidad de lo ocurrido a la empresa y cuantificó los daños y
perjuicios para la Administración en 32 millones de euros que cuando el
Tribunal de Cuentas finalizó sus trabajos (hace diez meses) “no se tiene
constancia de que se hayan cobrado”.
Los auditores señalan que “se han detectado numerosas modificaciones
de los proyectos que no cumplían los requisitos legales, al calificarse
como necesidades nuevas o causas imprevistas cuestiones de las que ya se
tenía conocimiento antes del inicio de las obras y que eran debidas a
vicios o indefiniciones del proyecto u omisiones, o al venir originadas
las modificaciones de los contratos por una defectuosa ejecución en la
construcción”. (El País, 06/05/2014)
"(...) La investigación se centra en averiguar si funcionarios de Adif
certificaron obras de Corsan —que ganó el concurso por casi 68 millones
sobre un precio de licitación de 98— por un importe muy superior al de
los trabajos que realmente ejecutaron entre 2008 y 2011.
Gracias a ese
“ilícito sobreprecio”, según la Fiscalía Anticorrupción, la empresa se
benefició ilegalmente de unos seis millones de euros procedentes de las
arcas públicas. A cambio de avalar ese fraude, “cualificados
funcionarios” de Adif recibieron dádivas y dinero de los directivos de
la contratista.
Entre los nueve detenidos, el de mayor rango es Rafael R. G., que
desde enero ejerce como director de proyectos y construcción de Adif,
dependiente del Ministerio de Fomento. En la época de los hechos que se
investigan, Rafael R. G. era el director de la línea noreste, es decir,
del tramo de alta velocidad que discurre entre Barcelona y la frontera
francesa. Su mano derecha era entonces, según la investigación, Jaime G.
L., gerente de infraestructuras y jefe de obras de la misma línea, que
también fue detenido." (El País, 06/05/2014)
1 comentario:
Es algo tan grave, que no se puede pasar por alto nunca más.
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