19.5.11

"Paco, eres un gran presidente", le dijo Rajoy mientras la plaza se caía: "¡Paco Camps! ¡Paco Camps!"


Francisco Camps hace un comentario a Rajoy durante el mitin en la plaza de toros de Valencia

"Frente a frente, ante más de 13.000 testigos que abarrotaban la plaza de toros de Valencia, se encontraron y abrazaron anoche dos políticos que son la máxima expresión de una cierta España. Esa que dejó marcada Camilo José Cela en Oviedo, en 1987, en su discurso de agradecimiento del Premio Príncipe de Asturias: "En España, quien resiste gana".

Mariano Rajoy y Francisco Camps. Dos hombres de aparato, dos políticos profesionales. Dos cachorros de Alianza Popular que empezaron como organizadores de actos y se mantuvieron en segundo plano durante años hasta que un día dieron el salto porque alguien les designó como sucesores. Ambos fueron elegidos porque se creía que serían dóciles. Dos jugadores correosos, resistentes, buenos conocedores de las claves del poder.

Ambos llevan dos años jugando al quien resiste, gana. A ninguno de los dos ha parecido importarle la mala imagen para el PP y para la política que eso ha provocado fuera de la Comunidad Valenciana.

A su alrededor, fuera del PP y sobre todo dentro, nadie entendía por qué Rajoy no echaba a Camps, o por qué este no se iba. La presión interna llegó a ser insoportable, pero ellos lo aguantaron todo. Es su estilo.

Camps jugaba a resistir. Y Rajoy jugaba a resistir más, confiando en que el valenciano acabaría cediendo, marchándose por su cuenta, por la presión, sin que él lo echara. Funcionó con Luis Bárcenas, el extesorero.

Pero Camps aguantó, y ganó. Y ayer, dos años después de que empezaran a destaparse los primeros escándalos del caso Gürtel en la Comunidad Valenciana, Rajoy entregó la cuchara, rendido ante la evidencia de su derrota por inacción, y aplaudió a Camps, el gran vencedor, listo ya para una victoria electoral aplastante que hará muy difícil echarlo y complicará la campaña de Rajoy cuando, en octubre, se siente en el banquillo por cohecho. (...)

La rendición suele incluir entrega de armas y pleitesía al vencedor. Las armas ya estaban entregadas -Rajoy lo confirmó cuando podía vetarlo como candidato-. Ayer llegó la pleitesía, en forma de berlusconismo, esa teoría según la cual lo único importante, al margen de lo que diga la justicia, son las urnas.

"Paco, eres un gran presidente", le dijo Rajoy mientras la plaza se caía: "¡Paco Camps! ¡Paco Camps!". "Lo han dicho los valencianos, lo volverán a decir el próximo domingo. Porque ejercen su libertad de elegir a aquel que creen que es mejor para defender sus intereses. Te votan porque quieren". Y ahí llegó la entrega personal: "Tienes mi amistad sincera, y lo sabes; tienes mi apoyo, el de tu partido y el de los valencianos".

Antes, Camps, eufórico ante la exhibición de su poder total frente a Rajoy, le había echado también algunas flores. "Votad para echar a Zapatero", le pidió a su gente, venida de todos los pueblos en autobuses.

"Mariano, estos son nuestros poderes", dijo Alfonso Rus ante el llenazo. Y Camps remató: "Votad al PP, y hagamos todos juntos a Mariano presidente del Gobierno de España. Estamos diciéndole adiós a Zapatero. Ahora solo falta marcar el teléfono de La Moncloa y que al otro lado esté un español de verdad". (El País, 18/05/2011, p. 42)

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