"Juan Antonio Roca, el supuesto cerebro del caso Malaya, blanqueó no menos de 671,4 millones de euros desde 1994 hasta su detención en marzo de 2006. La Agencia Tributaria y la Brigada de Blanqueo del Cuerpo Nacional de Policía han despejado, por indicación del juez Óscar Pérez, una de las principales incógnitas de la causa sobre la corrupción masiva en el Ayuntamiento de Marbella. El ex asesor urbanístico, que en la actualidad cumple condena en la prisión granadina de Albolote, se sirvió presuntamente de 26 testaferros para ocultar e introducir en el circuito legal los bienes detraídos del patrimonio urbanístico municipal desde que llegó al ayuntamiento en 1991 de la mano del fallecido alcalde Jesús Gil y Gil.
La cifra de la riqueza amasada ilegalmente por Roca, adelantada ayer por el diario La Opinión de Málaga, equivale a la inversión en Justicia del Gobierno para los próximos tres años o al déficit de la sanidad catalana, por poner dos ejemplos.
El principal centro de blanqueo era el despacho de abogados madrileño Sánchez Zubizarreta, que supuestamente ocultó bienes por valor de 213,4 millones de euros. Este bufete no sólo proporcionaba a Roca sociedades instrumentales para que pudiera disfrutar de bienes como mansiones, fincas, vehículos de lujo o incluso un helicóptero, sin ponerlos a su nombre. Los Sánchez Zubizarreta, además, llevaba la contabilidad y las formalidades mercantiles y fiscales de estas empresas pantalla del "jefe", como llamaban a Roca. Según los agentes, la relación entre el ex asesor urbanístico y el gabinete jurídico "se basa exclusivamente en la confianza".
Los seis letrados del bufete supuestamente establecían relaciones entre las sociedades, como contratos de compraventa o préstamos intersocietarios. Con ello, buscaban generar "capas de cebolla" o "anillos concéntricos" para "proporcionar el anonimato" a Roca. En la mayoría de los casos, las sociedades eran "propietarias de fincas e inmuebles, generalmente en Marbella", cuyos vendedores solían ser promotores que habían recibido un trato favorable de Roca cuando mandaba sobre el urbanismo de la localidad. "En no pocos casos", según los agentes, "los bienes que le son transmitidos a Roca provenían del propio Ayuntamiento de Marbella y habían sido enajenados, adjudicados o entregados de forma irregular".
Otra piedra angular del blanqueo, con 111,3 millones de euros es Salvador Gardoqui, a cuyo nombre se encontraba la sociedad Maras Asesores, desde la que Roca gestionaba sus negocios y su patrimonio. Este testaferro, según la policía, llevaba la contabilidad de Roca bajo la forma de caja única. Desde Maras se repartían los supuestos sobornos a ediles, funcionarios municipales e incluso jueces necesarios para mantener engrasada la gigantesca maquinaria corrupta que obligó a disolver el Ayuntamiento de Marbella tras el estallido de la Operación Malaya, en marzo de 2006.
La cifra total del blanqueo facilitada por los investigadores es la más conservadora posible. En el caso de Julio Blasco, de quien se documenta el lavado de 74,4 millones de "procedencia ilícita". Sin embargo, los agentes consideran que "el importe estimatorio" de las cantidades blanqueadas "supera ampliamente" los 100 millones de euros, cantidad que impuso como fianza el juez Pérez al supuesto testaferro como responsabilidad civil.
Exactamente la misma apreciación hacen los agentes sobre Montserrat Corulla, aunque sólo consiguen acreditar un blanqueo de 44 millones. Esta abogada madrileña administraba, a través de varias sociedades, varios inmuebles de Roca en la capital, como los palacios de Saldaña, Tepa y Villagonzalo, que Roca quería convertir en hoteles de lujo.
Aunque las inversiones de Roca eran principalmente inmobiliarias, el ex asesor no le hacía ascos a los muebles de lujo y las obras de arte. Los dos marchantes identificados por la policía, el uruguayo Beto Pedronzo y el francés Alfred Fournets, suman 26 millones de euros en blanqueo. Roca adquirió obras de Joan Miró, Jorge Oteiza o Manolo Valdés.
Los informes de los investigadores sólo hacen referencia al llamado tronco principal del caso Malaya. Por eso, no tienen en cuenta, por ejemplo, el papel del abogado Juan Hoffmann, considerado "testaferro internacional", cuyo papel se investiga en una pieza separada del caso." (El País, ed. Galicia, 10/10/2009, p. 16)
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