29.7.08

Villalonga, el de las stock options de Telefónica, el amiguito de Aznar... vuelve

“Villalonga SA busca la fama. El ex presidente de Telefónica llega al Valencia para participar en todos los negocios que se tercien, deportivos o no. (…)

El contrato le vincula al club al menos tres años y ha sido redactado por su íntimo amigo José María Mas Millet, abogado valenciano al que convirtió en secretario del consejo de Telefónica y con el que pergeñó todas las operaciones del grupo, entre ellas las escandalosas stock options -opciones sobre acciones- que hicieron millonarios a los principales ejecutivos de la compañía. Villalonga, que se llevó 18 millones de euros, fue el principal beneficiario.

El ex presidente de Telefónica cobrará una comisión por cada operación financiera que haga y delegará la parcela deportiva, aunque se asegura su control. (…)

Precisamente, Villalonga fue el primer presidente de empresa pública que nombró el Gobierno del PP tras ganar las elecciones de 1996. El mayor mérito de aquel directivo de Bankers Trust que había trabajado en McKinsey y Banco Santander era haber compartido pupitre con Aznar en el Colegio del Pilar. Sobrino nieto de Ignacio Villalonga, fundador del Banco Central, era un desconocido que pronto agradeció estar al frente del primer grupo empresarial español. Imprimió una velocidad de vértigo a la compañía, en la que lo primero que hizo fue rodearse de una guardia pretoriana de amigos que cubriera bien todos los flancos aunque supieran poco de telecomunicaciones.

Después de abordar la privatización del 21% del capital que quedaba en manos públicas, puso en marcha su libro de estilo particular. Redujo la plantilla en más de 20.000 personas, segregó el grupo en filiales y las colocó en Bolsa ("ponerlas en valor" era el eufemismo en boga de la época); buscó alianzas con los grandes grupos internacionales aunque fuera elaborando planes en servilletas de papel de restaurantes de lujo; hizo fichajes polémicos como el del ex comisario Martin Bangemann, que antes había supervisado el sector ("el Ronaldo de las comunicaciones", le definió este aficionado al fútbol metido ahora a empresario del deporte); conquistó el mundo de la nueva economía con la compra del portal Terra sin reparar en gastos, y creó un grupo multimedia con la entrada en diversos medios de comunicación. En pocos meses, se había convertido en el más poderoso. Y se lo creía.

Poco importaba el coste para una empresa que, a su juicio, originaba cada día el suficiente cash-flow -flujo de caja- como para adquirir cualquier medio. Tiró de chequera y se hizo con Antena 3, Onda Cero, entró en Pearson y fundó Vía Digital con el respaldo y las bendiciones del Gobierno, que le utilizó para su guerra mediática contra el grupo PRISA (editor de EL PAÍS).

También empezó a tener reveses. Comenzó a coleccionar multas por impedir la competencia; compró por una cifra astronómica el grupo holandés Endemol, por lo que declaró ante el juez Garzón por presunto despilfarro; infló el valor de Terra tras sacarla a Bolsa provocando la ruina de muchos pequeños accionistas; inició negociaciones para aliarse con BT y finalmente cambió de caballo para hacerlo con MCI Worldcom, a cuyo propietario (Bennie Ebbers, después condenado a 25 años de cárcel por fraude) hizo consejero. Utilizaba el avión de la compañía para trasladarse a fiestas en capitales europeas con ilustres acompañantes (como una en París en la que voló con Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, con el que mantenía una estrecha amistad y compartió proyectos multimedia), constituyó las polémicas stocks options... Le sustituyó César Alierta, uno de sus consejeros, que deshizo prácticamente todo lo que había iniciado su antecesor.” (El País, ed. Galicia, Economía, 13/07/2008, p. 34)

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